Danzas peruanas Hatajo de Negritos y Las Pallitas, declaradas Patrimonio de la Humanidad
Las tradicionales danzas Hatajo de Negritos y Las Pallitas que se bailan en Navidad en la ciudad de Chincha, al sur de la costa central de Perú, fueron declaradas este jueves Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Este reconocimiento "sirve como medio para revalorar nuestro folclor y dar a conocer los aportes de la cultura afroperuana", dijo Ricardo Coronado, delegado de ese país en Bogotá, primera capital latinoamericana en acoger al comité especial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Estas danzas son expresiones populares y culturales cuyos antecedentes se remontan a bailes y villancicos frente a los nacimientos en el siglo XVII.
Las danzas, de procedencia española, fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Nación en junio de 2012 por el gobierno peruano. El Hatajo de Negritos es de hombres y Las Pallas son exclusivas de las mujeres.
Son bailes de zapateo canto e interpretaciones del violín y la guitarra española.
El zapateo reproduce patrones rítmicos de origen africano al son de los instrumentos musicales que evocan tonadas con influencia andina.
Violín y guitarra
Durante la Navidad los bailarines visitan las casas con nacimientos donde adoran al niño Jesús, mientras los anfitriones los agasajan con comida, bizcochos y bebida.
Los bailarines también danzan en calles y plazas. Es dirigido por un caporal que inicia con jolgorio la marcha del Hatajo de Negritos.
Todos visten de blanco con bandas que le cruzan el pecho, representan a esclavos y antiguos pobladores afrodescendientes, transitan a ritmo de zapateo, soltando versos, cargando campanillas adornadas con cintas y un chicotillo con cascabeles.
Esta danza se conserva en la ciudad de Chincha, región Ica. Durante el virreinato, entre los siglos XVI y XIX, llegaron esclavos africanos a esa región para trabajar en agricultura y minería. Ellos trajeron sus danzas, que se mezclaron con las españolas y andinas.
La festividad se inicia el 24 de diciembre y concluye el 6 de enero.
En el caso de Las Pallas o Las Pallitas, palabra quechua que alude a doncellas o pastoras, las mujeres lucen bastones llamados "azucenas" y alternan su recorrido también con zapateo y villancicos.
Las mujeres en algunos casos llevan varas adornadas con guirnaldas de colores. Las acompaña un viejo que es el capitán de la danza y al mismo tiempo representa al espíritu de su cerro tutelar, ligeramente encorvado, con máscara de piel de alpaca.
Esta danza se desarrolla en la ciudad de Chincha, y en algunas ciudades de la región andina de Huancavelica.
El único instrumento que acompaña la comparsa de varones es el violín y en las mujeres la guitarra. Algunos investigadores sitúan el origen del Hatajo de Negritos y Las Pallitas hacia 1600 o 1760.
La Unesco recibe anualmente cientos de candidaturas de los 178 Estados que ratificaron la convención, pero considera poco menos de 50. Sus expertos presentan recomendaciones favorables o desfavorables a un comité integrado por 24 países, que toma la decisión final.