La ciudad de Panamá cuenta con primer mariposario
Aunque el nombre de Panamá significa en lengua indígena "abundancia de peces y mariposas", hasta hoy no existía en la capital ningún mariposario donde observar algunas de las más de 1,600 especies que habitan en el país.
"Lo queríamos construir desde hace muchos, muchos años, pero no teníamos ni fondos ni nadie que lo quisiera desarrollar", lamentó a Efe la directora ejecutiva del Parque Natural Metropolitano de Panamá, Dionora Víquez.
Los únicos centros de este tipo que hasta ahora había en el país se encuentran en poblaciones de montaña alejadas de la ciudad o en hoteles de lujo que restringen la entrada a todo aquel que no sea cliente.
El Mariposario Metropolitano, abierto a todo tipo de público desde hoy mismo y ubicado a la entrada de este inmenso parque cercano al canal de Panamá, cuenta con 400 mariposas de una treintena de especies distintas y se espera que albergue 300 ejemplares más cuando las plantas florezcan y den más polen.
Entre sus paredes de malla verde revolotean ejemplares de la especie "Morpho azul", la más común del parque, y de la especie "Caligo", que popularmente se conoce como mariposa "Búho" por los ocelos que tiene en sus alas y que recuerdan a un par de ojos grandes.
"También tenemos traqueadoras, que son las únicas en el mundo que al mover sus alas emiten sonidos. Suenan como los dientes cuando se está tiritando de frío", explicó el responsable del mariposario, Samuel Valdés.
Las mariposa de la especie "Malaquita", añadió el experto, son las que más fácilmente se camuflan, y las "Heliconius", las más longevas, ya que pueden llegar a vivir 3 meses porque se alimentan de polen y no de fruta fermentada como la gran mayoría.
"Las que menos viven son las que se alimentan solo de alcohol, de fermentos. Viven borrachas toda la vida y apenas llegan a los 15 días. Es lo que pasa por empinar el codo todo el día", bromeó Valdés durante un recorrido por las instalaciones del centro con un grupo de periodistas.
Uno de los objetivos del mariposario, construido por la empresa privada Panama Biological Supplies y cuyo mantenimiento mensual asciende a 2,000 dólares y se cubrirá con los ingresos procedentes de la venta de entradas, es crear conciencia sobre la importancia de estos insectos en la conservación del medioambiente.
"No les estamos dando la importancia que se merecen. A todo el mundo les gustan las mariposas, pero a nadie las orugas y la gente las mata", sostuvo la directora del parque.
Panamá es uno de los países que cuenta con el mayor número de especies de mariposas del mundo, pero muchas se encuentran en peligro de extinción por el uso excesivo de insecticidas y la deforestación.
Aunque no existen cifras oficiales, la Península de Azuero, a 400 kilómetros al noroeste de la capital panameña, es la región que más está acusando la falta de mariposas, alertó el responsable del mariposario.
"Sin mariposas no habría polinizadores y, sin ellos, no habría naranjas, ni tomates, ni verduras... Los insectos, en general, ofrecen servicios ecosistémicos que son clave para nosotros", insistió el biólogo.
El mariposario ayudará además a levantar el renqueante turismo verde de la capital panameña, una ciudad abarrotada de rascacielos acristalados pero rodeada, sin embargo, de frondosos bosques tropicales a los que apenas saca partido.
El Parque Natural Metropolitano, un terreno protegido de 400 hectáreas, recibe cerca de 50.000 visitantes al año y su directora espera que con este refugio para mariposas las visitas aumenten un 10 %.