La Met Opera de Nueva York oscila entre modernidad y tradición

Ópera Metropolitana de Nueva York
Ópera Metropolitana de Nueva York / AFP
Afp
01 de marzo 2022 - 10:18

Nueva York, Estados Unidos/Entre la primera obra compuesta por un músico negro jamás interpretada entre sus muros y una programación más clásica, la prestigiosa Ópera Metropolitana de Nueva York busca rejuvenecer a su audiencia, sin perder de vista a su público más conservador.

La noche del lunes, luego de que su coro cantara, en apoyo a Ucrania, su himno nacional, la Met Opera lanzó la segunda parte de su temporada con un elemento novedoso: "Don Carlos" de Giuseppe Verdi interpretada por primera vez en francés, el idioma de su debut en París en 1867, y no en su habitual traducción al italiano.

Una versión inédita de un clásico. La temporada se inauguró en septiembre con "Fire shut up in my bones", una obra contemporánea y extravagante, con notas de jazz y blues, compuesta por el trompetista Terence Blanchard, el hombre detrás de las bandas sonoras de las películas de Spike Lee.

Tras 138 años de existencia, la Met presentó así por primera vez una ópera compuesta por un músico negro que aborda el racismo en el sur de Estados Unidos.

"Tenemos un público muy ecléctico", dijo a la AFP el director de la institución, Peter Gelb. "Hay espectadores muy conservadores, pero también atraemos a un público más joven y diverso".

"No todo puede complacer a todos. Pero tratamos de asegurarnos de que atraiga a tantas personas como sea posible la mayor parte del tiempo", resumió Gelb.

Maratón

Después de un año y medio de cierre por la pandemia y la ola de manifestaciones antirracistas que siguió a la muerte de George Floyd, un ciudadano negro asesinado por un policía blanco, "Fire shut up in my bones" fue visto como el movimiento más audaz de la institución para atraer a un nuevo público además de la audiencia blanca, rica y más bien mayor.

Pero "Don Carlos", por el contrario, destila tradición: la historia, que transcurre en una corte real durante la Inquisición española, está poblada de personajes que conspiran unos contra otros.

La obra exige una interpretación vocal maratónica del tenor que interpreta a Don Carlos y de la soprano que encarna a su amada, Elisabeth de Valois.

La ópera, repleta de arias desgarradoras y dúos conflictivos, se presenta en un escenario oscuro que evoca un mundo de guerra y terror.

Con obras así, "no sé si la innovación es tan esencial", plantea el violinista Ben Bowman.

"Lo que queremos es la oportunidad de continuar con estas tradiciones y mantenerlas para las generaciones futuras", agrega.

Gelb dice que el objetivo es capturar con "precisión histórica emocional" la atmósfera sofocante de la Inquisición española en el siglo XV.

Para él, se trata de una "hermosa parábola de lo que está sucediendo en el mundo actual con el auge de la intolerancia y el autoritarismo".

Antes del ensayo general final, Gelb dio cuenta de "gruñidos" entre algunos espectadores por la elección de los decorados. "No siempre puedo hacerlos felices", desliza.

Nombrado en 2006, el director ha tenido sus altibajos con algunos benefactores de la Met, pero dice que la ópera es "más audaz desde el punto de vista artístico".

Algo que considera una necesidad, pues "para que esta forma de arte sobreviva, debemos innovar. Arte es cambio".

Ucrania

La programación para la temporada 2022-23 oscila entre la tradición y la modernidad. Junto con "Champion", otra ópera de Terence Blanchard, y la ópera contemporánea "The Hours", presentarán clásicos de Wagner y Mozart.

En lo inmediato, la Met Opera deberá hacer frente a las consecuencias en el mundo de la cultura de la invasión de Ucrania por Rusia.

En un video difundido el fin de semana, Gelb dedicó el resto de la temporada a la gente de Ucrania y prometió que la Met "ya no se comprometerá con artistas e instituciones que apoyen a(l presidente ruso Vladimir) Putin o que reciban su apoyo".

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