Billy Idol revela su lucha contra la heroína y el día en que estuvo al borde de la muerte
El nombre del artista siempre ha estado asociado a la rebeldía, la energía y la potencia del rock de los años ochenta.
Sin embargo, detrás de su imagen de estrella indomable también hubo momentos oscuros que casi ponen fin a su carrera y a su vida. En su nuevo documental “Billy Idol Should Be Dead”, estrenado el 10 de junio de 2025 en el Festival de Tribeca en Nueva York, el músico británico recuerda sin filtros cómo una sobredosis de heroína en 1984 lo llevó a enfrentar la muerte de frente.
“Me estaba muriendo. Me estaba poniendo azul”, confesó el intérprete de Dancing With Myself al relatar uno de los episodios más críticos de su juventud. Idol, quien en aquel entonces ya había conquistado la fama internacional con su álbum Rebel Yell y se había convertido en una de las primeras sensaciones de la MTV, describe en detalle cómo la adicción casi destruye lo que había construido con tanto esfuerzo.
El artista recuerda que en 1984 regresó a Londres tras haber triunfado en Nueva York, donde vivía desde 1981. La euforia de volver como una estrella consolidada lo llevó a reunirse con viejos amigos. “Volvía triunfante y estuve a punto de arruinarlo todo. Volamos a Londres, donde nos reunimos con muchos amigos que conocíamos. Tenían la heroína más fuerte. Todo el mundo se metió una raya y todos perdieron el conocimiento, menos yo y un amigo mío”, narró Idol en el documental.
A pesar de ver a sus compañeros inconscientes, él y su amigo continuaron consumiendo hasta llegar a un punto crítico. Fue entonces cuando su cuerpo empezó a colapsar. “Me metieron en un baño helado y recuerdo que me pasearon por lo alto del edificio, por el tejado”, añadió. Esa imagen quedó grabada en su memoria como una de las experiencias más cercanas a la muerte que ha tenido.
En la cinta, Idol también contextualiza el ambiente en el que los músicos de su generación se desenvolvían. “Mucha gente se drogaba. Pero ya sabes, estás abierto a ello. Mucha de la gente a la que queríamos era heroinómana”, explicó. Como ejemplo citó a Lou Reed y su célebre tema Heroin, que reflejaba esa época en la que la droga no era vista con los ojos de peligro que hoy se le reconocen.
“La gente no pensaba que la heroína fuera peligrosa. De hecho, creías todo lo contrario. Quizás esto pudo desatar algo”, añadió el cantante, quien con éxitos como White Wedding y Eyes Without A Face se convirtió en un ícono de la época dorada del rock.
El documental también narra el episodio que marcó el final de su relación con la heroína. Idol viajó a Bangkok con un amigo y, bajo los efectos de las drogas, protagonizaron un verdadero caos. “Causamos daños estimados en 75 mil dólares en un hotel. Mel Gibson estaba allí de vacaciones con su familia, horrorizado”, relató.
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Durante ese mismo viaje, perdió el control al punto de arrojar un tronco contra una ventana de cristal, lo que provocó la intervención de la policía. A pesar de la gravedad de la situación, aquel episodio se convirtió en un punto de inflexión en su vida. “El lado positivo fue que dejé atrás la heroína. Fue una experiencia horrible. La verdad es que me desanimó”, reconoció.
Superar la adicción no fue un proceso rápido ni sencillo. “Dejar la heroína es una de las experiencias más horribles del mundo. Boy George tenía razón cuando decía que es como si tu esqueleto intentara salir de tu cuerpo”, admitió Idol en el documental.
El cantante explicó que la recuperación fue lenta y desgastante: “No hay una solución rápida. Es mucho tiempo. Solo cuentas los días, los segundos, las horas. Incluso después de seis meses, sigues sintiéndote fatal”.
“Billy Idol Should Be Dead” no solo expone los momentos más difíciles de su vida personal, sino que también recorre los inicios de su carrera musical, desde sus días como provocador punk hasta su consolidación como una de las grandes estrellas del rock. El documental incluye material de archivo inédito y entrevistas íntimas que exploran la historia detrás de la creación de sus canciones más icónicas, ofreciendo a los fans una visión profunda del hombre detrás de la leyenda.
Con este estreno, Idol no solo comparte sus memorias más dolorosas, sino que también envía un mensaje de resiliencia. Su historia muestra que incluso en los momentos más oscuros es posible encontrar un camino de regreso, un relato que conecta tanto con los seguidores que lo vieron triunfar en los ochenta como con las nuevas generaciones que hoy descubren su legado.