Evacuación en Estación Espacial por falsa alarma
En un inusual susto, los astronautas salieron apresuradamente el miércoles del lado estadounidense de la Estación Espacial Internacional después de que sonó una alarma por una posible fuga tóxica, pero más tarde la NASA indicó que el amoniaco refrigerante no se había escapado y que probablemente se trató de un problema de cómputo.
Para el miércoles por la tarde, los astronautas estaban de vuelta en la sección estadounidense del puesto orbital. Horas antes, los seis tripulantes se habían puesto a salvo en el lado ruso, primero cuando sonó la alarma y después cuando tras decirles que era seguro regresar, se les pidió irse de nuevo al sector ruso.
"Hola a todos, gracias por preocuparse", tuiteó la astronauta italiana Samantha Cristoforetti. "Todos estamos a salvo y bien en el segmento ruso".
La "emoción no programada", como la llamó la NASA, ocurrió alrededor de las 4 a.m., hora del este de Estados Unidos, ya avanzado el día de trabajo de la tripulación.
A medida que las alarmas resonaban, los astronautas siguieron los procedimientos de emergencia al colocarse las mascarillas de oxígeno, refugiándose en el sector ruso y sellando las escotillas entre la parte rusa y la estadounidense. Al mismo tiempo, los controladores de vuelo en el Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston apagaron los equipos no esenciales.
En cuestión de minutos, el Control de la Misión dio el visto bueno en seguridad, pero luego pidió a los astronautas que regresaran al lado ruso cuando surgió más evidencia de una posible fuga del refrigerante.
El amoniaco líquido que fluye en el exterior de la estación espacial, que es altamente tóxico, se utiliza para enfriar equipo electrónico. En un principio los controladores de vuelo temían que se hubiera metido al sistema de agua que funciona en el interior. Ahora se cree que el problema se debió a una tarjeta que falló en una caja de interruptores automáticos.
La tripulación —integrada por tres rusos, dos estadounidenses y la italiana Cristoforetti— permaneció en los tres compartimientos rusos, relativamente pequeños, mientras el Control de la Misión analizaba los datos. Los ingenieros querían comprender el fallo de cómputo y confirmar "que el sistema está hermético como creemos que está", dijo Mike Suffredini, administrador del programa de la estación espacial, en la televisión de la NASA.
Unas 11 horas después de que sonó la alarma del sistema de amoniaco, la escotilla para ingresar al segmento estadounidense fue reabierta. Cristoforetti y el astronauta estadounidense Terry Virts efectuaron pruebas y no se detectó amoniaco.
Cuando la alarma comenzó a sonar, la tripulación había estado manejando suministros y experimentos de la recién llegada cápsula SpaceX, incluido uno con moscas de la fruta. Ninguna de las investigaciones parece haber sido puesta en riesgo, señaló Suffredini.
En un principio, las autoridades espaciales rusas reportaron una fuga, pero luego se retractaron.
El complejo orbital a 418 kilómetros (260 millas) de altitud nunca ha tenido que ser abandonado durante los más de 14 años que ha sido habitado por astronautas. En una ocasión, las tripulaciones tuvieron que refugiarse en sus cápsulas Soyuz, consideradas "botes salvavidas", debido a que se pasó cerca de basura espacial.
Además de Cristoforetti y Virts, la tripulación incluye al comandante Butch Wilmore, estadounidense, y los rusos Elena Serova, Alexander Samokutyaev y Anton Shkaplerov.