Fast & Furious; Spy Racers #01
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El domingo 8 de junio, en la ciudad de Huamanga, región de Ayacucho (Perú), un toro escapó de una corrida improvisada y desató el pánico entre los asistentes a una festividad religiosa en honor al Señor de Andamarca. El saldo: al menos 30 personas heridas, seis de ellas en estado crítico.
La escena fue documentada en varios videos que rápidamente se viralizaron en redes sociales, donde se observa al animal fuera de control embistiendo a mujeres, hombres e incluso niños, mientras decenas de personas intentaban huir entre gritos y desesperación.
Según el reporte del medio local TVPerú Noticias, el toro se encontraba participando en una corrida informal cuando logró salir del ruedo e irrumpió en la zona de los mayordomos, donde se congregaban muchos de los asistentes al evento. Las imágenes muestran el momento en que el toro corre sin rumbo fijo entre la multitud, generando estampidas humanas y una escena de caos absoluto.
El impacto del ataque no solo ha generado preocupación por las víctimas, sino también una ola de indignación y reflexión sobre la tradición de las corridas de toros. En redes sociales, usuarios expresaron su rechazo a este tipo de espectáculos con comentarios como: “Los toros no son entretenimiento”; “Pobre toro, lo asustaron demasiado”; “¿Para qué juegan con el toro? Pobre torito”; “¡No a las corridas de toros!”
Las publicaciones con los videos del suceso superan ya las 50 mil reproducciones, mientras se intensifica el debate sobre el maltrato animal y la responsabilidad de las autoridades al permitir eventos de alto riesgo sin garantías de seguridad.
Varias organizaciones animalistas señalaron que el comportamiento del toro fue previsible, considerando el entorno estresante y el número de personas que lo rodeaban. “Es una reacción natural de un animal sometido a un ambiente hostil. No hay que olvidar que los toros no eligen estar ahí. Lo que sucedió es una tragedia, pero también una advertencia”, comentó un vocero de una agrupación defensora de los derechos de los animales en Perú.
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Tras el incidente, las autoridades locales anunciaron que se ha iniciado una investigación para determinar las responsabilidades detrás del evento y las fallas en el control del animal. Aunque se trata de una festividad cultural con larga tradición, se cuestiona la falta de protocolos que garanticen la seguridad tanto del público como de los animales involucrados.
El toro tiene una presencia significativa en la cultura peruana. Uno de sus íconos más reconocidos es el Torito de Pucará, una figura artesanal de barro que adorna los techos de casas andinas como símbolo de protección, fertilidad y prosperidad. Sin embargo, la práctica de las corridas de toros, arraigada desde la época colonial española, está siendo cada vez más cuestionada por la sociedad actual, especialmente por su componente de violencia y sufrimiento animal.
En eventos patronales, sociales o religiosos, los toros suelen tener un papel central, pero este episodio ha evidenciado que la tradición también puede ser peligrosa, tanto para los animales como para las personas.
Aunque las muertes por cornadas representan una pequeña proporción (alrededor del 1%), los toros siguen siendo animales imponentes y altamente peligrosos. Un ataque puede causar heridas profundas, hemorragias severas, daño a órganos internos, infecciones e incluso lesiones neurológicas permanentes. Por eso, los especialistas coinciden en que no deben subestimarse los riesgos de mantener contacto directo con estos animales fuera de entornos estrictamente controlados.