Julia Roberts reveló quién ha sido su peor compañero de rodaje y una batalla de egos

“Cada día era una batalla de egos”. Años después, él respondió con la misma dureza. Por más que Hollywood intente edulcorar sus historias de amor en pantalla, a veces la verdadera trama está fuera del encuadre. Eso ocurrió en 1994, cuando Julia Roberts y Nick Nolte protagonizaron la comedia romántica Me gustan los líos (I Love Trouble). Lo que parecía una chispeante historia de enemigos que se enamoran, terminó siendo una de las colaboraciones más tensas y problemáticas en la carrera de ambos actores.

La película, ambientada en el mundo competitivo del periodismo, reunió a Sabrina Peterson (Roberts), una joven reportera brillante y ambiciosa, con Peter Brackett (Nolte), un veterano periodista con fama de engreído. En la ficción, ambos se ven obligados a trabajar juntos en la investigación de un accidente ferroviario que esconde una conspiración industrial. En la realidad, la convivencia fue tan difícil como inaguantable.

En pleno apogeo de sus carreras, Roberts venía de títulos como Pretty Woman (1990) y El informe pelícano (1993), mientras que Nolte tenía a sus espaldas éxitos como El príncipe de las mareas y El cabo del miedo. Sin embargo, detrás del glamour y el profesionalismo, los roces eran constantes.

El estilo relajado, provocador y algo desorganizado de Nick Nolte chocó frontalmente con el perfeccionismo y la seriedad de Julia Roberts. El resultado: un rodaje plagado de discusiones, frialdad y miradas que decían más que los guiones.

Según los reportes de producción de la época, había escenas que debían filmarse por separado para evitar enfrentamientos mayores. Años más tarde, en una entrevista realizada en 2003, Roberts decidió romper el silencio. Ya sin temor a represalias, calificó la experiencia con Nolte como “un infierno”: “No me interesa hablar mal de nadie, pero al trabajar con Nick viví un infierno. Es completamente desagradable. Cada día era una batalla de egos, y él siempre iba al frente de esa guerra”, expresó contundente la actriz.

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La sinceridad de Julia encendió nuevamente la polémica, generando titulares en todo el mundo y recordando que, por mucho que se escondan los conflictos tras bambalinas, a veces son imposibles de ocultar.

Nick Nolte no se quedó callado. Con una honestidad igualmente filosa, respondió públicamente a las declaraciones de su excompañera, devolviendo la crítica con dureza:

“No voy a negar que fue difícil. Julia no es una buena compañera de escena. Le gusta controlar todo. Cuando alguien le lleva la contraria, se pone imposible”, sentenció.

Las declaraciones cruzadas confirmaron lo que durante años fue solo un rumor: Me gustan los líos fue una guerra fría entre dos gigantes del cine. El resultado de esta pésima química fue evidente. La película recibió críticas tibias y su desempeño en taquilla fue discreto, a pesar de contar con dos de los nombres más importantes de la industria en ese momento.

Con el tiempo, Me gustan los líos fue relegada a la categoría de anécdota incómoda más que de clásico romántico. Su mayor valor hoy en día reside en los entretelones conflictivos que marcaron su filmación.