Gases lacrimógenos contra los manifestantes antigolpistas en Sudán
Jartum, Sudán/La policía sudanesa lanzó este miércoles gases lacrimógenos para dispersar protestas contra el golpe militar de octubre pasado, en manifestaciones convocadas con motivo del aniversario de movilizaciones que en las últimas décadas provocaron la caída de dos presidentes golpistas.
Miles de manifestantes participan en marchas tanto en la costa este como en Darfur, una región occidental devastada por las guerras, al grito de "No al poder militar" y "El pueblo ha elegido a civiles", informaron testigos a la AFP.
En la capital, Jartum, en pleno mes de ayudo musulmán de Ramadán, el gobierno decretó feriado y la movilización era poco numerosa a inicios de la tarde.
Así y todo, la policía lanzó gases lacrimógenos contra las columnas de participantes, reportaron testigos.
Un sindicato de médicos prodemocracia señaló que las fuerzas de seguridad "tomaron por la fuerza el hospital Al Jawda", recurriendo también a los gases lacrimógenos que "provocaron problemas respiratorios a médicos y pacientes".
Las redes sociales hierven desde hace días con llamamientos a un levantamiento el 6 de abril contra el golpe que el 25 de octubre de 2021 puso en el poder al general Abdel al Burhan.
El anuncio evoca una tempestad" o un "terremoto" como los de 1985 y 2019, en un país sumido en una grave crisis política y económica.
El 6 de abril de 1985, una rebelión popular derrocó al presidente Yaatar al Numeiry, tras años de duro mandato.
Y en 2019, una sentada masiva frente a los cuarteles militares en Jartum culminó meses de protestas contra el dictador Omar al Bashir, derrocado solo cinco días después, tras tres décadas en el poder.
El golpe del año pasado puso fin al frágil acuerdo entre civiles y militares para compartir el poder tras la caída de Bashir y llegar a un gobierno enteramente civil y elecciones libres en 2023.
"Mes de victorias"
Los manifestantes prodemocracia han tomado desde entonces en varias ocasiones las calles en protestas que se han saldado con 93 muertos y cientos de heridos, según asociaciones médicas.
"Es un día importante (...) Esperamos que muchos tomen las calles a pesar del calor y el Ramadán", dijo Badwi Bashir, un manifestante en Jartum. "Solo queremos poner fin al golpe y terminar con la perspectiva de futuros golpes".
Yaafar Hasan, portavoz de las Fuerzas de la Libertad y el Cambio (una alianza civil que agrupa a los representantes revocados por el golpe de octubre), aseguró que abril es "el mes de las victorias para los sudaneses".
Desde la toma del poder, los líderes militares han estrechado el control del país, deteniendo a destacados líderes civiles y revocando cargos asignados durante la transición.
El sábado, Burhan dijo que solo "entregará el poder a una autoridad honesta y electa, aceptada por todo el pueblo sudanés".
Necesidades económicas
El golpe ha dañado la débil economía sudanesa con la interrupción de las donaciones occidentales acordadas durante el periodo de transición y el incremento de los precios de la comida, el combustible y los productos básicos.
Naciones Unidas ha alertado de las crecientes necesidades humanitarias y alimentarias en Sudán. Según el Programa Mundial de Alimentos, el número de sudaneses con hambruna aguda se duplicará a más de 18 millones en septiembre de 2022.
La criminalidad y la violencia han arreciado en algunas zonas remotas, particularmente en la inflamable región de Darfur, según Naciones Unidas.
El jueves, enfrentamientos entre tribus árabes y no árabes dejaron 45 muertos en el sur de Darfur, que en 2003 fue escenario de un grave conflicto con atrocidades investigadas por la Corte Penal Internacional.