Kim Jong Un viaja a China antes de una eventual cumbre con Trump
El líder norcoreano Kim Jong Un llegó este martes a Pekín, en una visita sorpresa a un país aliado, días después de que amenazara con cambiar su actitud respecto a Estados Unidos si se mantenían las sanciones en su contra.
Mientras que ya se vislumbra una segunda cumbre con Donald Trump, Kim Jong Un debía reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, indicaron el martes las agencias de prensa oficiales norcoreana y china.
China es un importante actor diplomático en el dosier sensible de los programas nuclear y balístico de Corea del Norte, pues el gigante asiático es su principal aliado diplomático y comercial.
El joven líder norocoreano podría intentar coordinar su estrategia con Xi Jinping de cara a un eventual encuentro con el presidente estadounidense, después del que mantuvieron en junio de 2018 en Singapur.
Kim Jong Un, acompañado de su esposa, Ri Sol Ju, y de varios dignatarios, partió el lunes de la estación de Pyongyang a bordo de un tren especial, informó la agencia de prensa oficial norcoreana KCNA.
Llegó el martes hacia el mediodía a la estación de Pekín, indicó por su parte la agencia surcoreana Yonhap.
Según esta fuente, fue el presidente chino quien invitó a Kim Jong Un, quien regresará a su país el jueves.
La visita de Kim Jong Un se produce una semana después de que advirtiera a Estados Unidos, en su discurso de Año Nuevo, que podría cambiar de actitud si Washington mantenía, pese al acercamiento diplomático operado desde el año pasado, sus sanciones económicas contra Pyongyang.
'La ayuda de Pekín'
"Xi y Kim ven interesante coordinar sus posiciones antes de las cumbres Kim-Trump. Esto parece ya una costumbre", consideró Bonnie Glaser, del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, un centro de reflexión estadounidense.
"Kim también busca la ayuda de Pekín para obtener un alivio de las sanciones internacionales", añadió.
China y Rusia consideran que la ONU debería plantearse levantar esas sanciones. Pero Donald Trump afirmó el domingo que éstas seguirían vigentes hasta que no hubiera resultados "muy positivos" sobre la desnuclearización.
Además, la visita de Kim Jong Un coincidió con el segundo día de conversaciones en Pekín entre negociadores chinos y estadounidenses, que buscan resolver la guerra comercial abierta entre ambas potencias.
"El 'timing' no podía ser mejor", señaló Harry Kazianis, del gabinete conservador estadounidense Center for the National Interest.
"Esto muestra que Pekín, manifiestamente, puede jugar la carta de Corea del Norte si lo considera útil".
Kim Jong Un viajó tres veces a China el año pasado para reunirse con Xi Jinping.
El dirigente norcoreano accedió al poder a finales de 2011, pero nunca se había reunido con el presidente chino hasta marzo de 2018, pues las relaciones entre Corea del Norte y su principal aliado y protector se habían degradado un poco en los últimos años a causa del apoyo de China a las sanciones de la ONU contra Pyongyang.
Seis ensayos nucleares
Pero en 2018 se produjo un excepcional acercamiento intercoreano, marcado por tres reuniones entre el líder norcoreano y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y la cumbre histórica con Donald Trump en Singapur.
Esta última se clausuró con una declaración a favor de la "desnuclearización de la península". Sin embargo, desde entonces se han registrado pocos avances y las dos capitales no se muestran de acuerdo en cuanto al significado exacto de esa declaración.
Donald Trump afirmó el domingo que se estaba negociando el lugar del próximo encuentro con Kim Jong Un, aunque evitó mencionar ninguna fecha.
Washington exige que Pyongyang desmantele su arsenal nuclear, pero Corea del Norte rechaza hacer ninguna concesión si Estados Unidos no cede en nada, y reclama garantías sobre la seguridad de su régimen.
A lo largo de los años, Pyongyang llevó a acabo seis ensayos nucleares y desarrolló y probó misiles balísticos que, según expertos, serían capaces de alcanzar el territorio continental de Estados Unidos.