La ultraderecha consolida su desafío a dos días de las elecciones en Suecia
La formación ultraderechista Demócratas de Suecia (SD) afronta la recta final de la campaña para las elecciones generales del domingo en este país nórdico con encuestas favorables, a pesar de varios escándalos que han afectado al partido.
Los últimos sondeos de la televisión pública SVT y el diario "Svenska Dagbladet" sitúan hoy a este movimiento en segunda posición con 1,4 y 0,1 puntos, respectivamente, sobre el Partido Moderado (conservador), aunque a 6 y 7 de los socialdemócratas, lo que consolida su papel de árbitro entre los bloques y afianza las opciones de romper su aislamiento.
La Alianza de centroderecha, que encabezan los conservadores, ha reiterado que no dejará gobernar al centroizquierda en minoría para aislar a SD, como en la pasada legislatura, independientemente del bloque que tenga más sufragios, dando por hecho que aquel se abstendrá o sumará sus votos a los suyos, sin exigir contraprestaciones.
Pese a los positivos datos de las encuestas, el SD -cuyo apoyo no será gratuito, ha dicho su líder, Jimmie Åkesson- ha vivido unas últimas semanas movidas, en las que más de una docena de candidatos locales han dimitido tras descubrirse sus vínculos o simpatías con grupos neonazis o por comentarios racistas.
También un diputado del partido y portavoz en educación Stefan Jakobson, presentó también su dimisión después de difundirse que incluyó como gastos de parlamentario viajes privados, incluida la estancia.
Una investigación del liberal "Dagens Nyheter", el principal diario sueco, reveló hace unos días los vínculos entre páginas xenófobas y ultraderechistas que han dominado el debate político en las redes sociales en Suecia en el último año con el departamento de comunicación del partido.
Pero Åkesson se ha desentendido: ni puede controlar a todas las personas que se integran en SD y tampoco se considera responsable de lo que haga ese departamento, si bien mostró su total confianza en este.
"Solo hay un auténtico partido opositor en este país, SD, y dentro de dos días pensamos en gobernar este país de verdad", dijo parafraseando su lema electoral en un mitin en Norrköping, la primera de las tres paradas en su recorrido hoy por localidades al suroeste de Estocolmo.
Åkesson repartió ataques entre los dos bloques políticos: al Gobierno de coalición entre socialdemócratas y ecologistas lo calificó de "auténtica catástrofe", mientras a la Alianza la acusó de permitir un gabinete en minoría, pese a que había mayoría de derecha, por el aislamiento al que todas las fuerzas han sometido a su partido.
"Hablan de democracia, pero no se puede decir que sea muy democrático no querer hablar con el tercer partido más grande", dice a Efe Mats, un prejubilado de 57 años, uno de los varios centenares de seguidores que acudieron a ver a Åkesson en Norrköping.
SD no es un partido xenófobo ni de ultraderecha, resalta este representante tipo del votante de esa fuerza política, solo un poco "más duro" que el resto en dicha área, y, al igual que él, no se opone a la llegada al país de quienes quieren venir "a aprender sueco y a trabajar".
Al otro lado de la plaza central de Norrköping, un centenar de personas grita, en cambio, "Ningún fascista en nuestras calles" y abuchea al líder de SD, en medio de fuertes medidas de seguridad, como suele ser usual en sus mítines.
A unos 160 kilómetros de allí, en el centro de Estocolmo, la policía detuvo más tarde a tres personas durante una concentración convocada por Alternativa para Suecia, una escisión radical de SD surgida el año pasado y con nulas opciones de entrar en el Parlamento.
Los servicios de inteligencia suecos anunciaron hoy que investigan si es auténtica una amenaza de muerte contra Åkesson y su hijo, con el símbolo del grupo terrorista Estado Islámico (EI) y difundida en las redes sociales.