La Iglesia dividida ante la urgencia del problema de abusos sexuales
Los obispos asiáticos y africanos mostraron un interés comedido para que la Iglesia afronte la cuestión de los abusos sexuales del clero, un problema percibido como "occidental" en una asamblea mundial, lo que representa un nuevo contratiempo para el papa Francisco.
Este sínodo, que duró un mes, reunió hasta el domingo en el Vaticano a 267 cardenales, obispos y patriarcas cristianos de los cinco continentes y estuvo dedicado a los jóvenes, los más sensibles ante los crímenes sexuales cometidos por el clero.
Ante la indignación creciente por este problema, el papa Francisco anunció a principios de octubre una serie de medidas para hacer frente a la cultura del silencio que impera en la Iglesia en Europa, Estados Unidos, América Latina o Australia. Éstas también afectarían a la jerarquía católica.
"Tanto los abusos como su silencio no pueden continuar siendo tolerados y deben ser tratados de otra forma por los obispos que los cometieron o aquellos que los silenciaron, ya que dan una imagen del clero inaceptable", aseguró Francisco, tres días después del inicio del sínodo.
El papa también pidió una investigación en los archivos del Vaticano ante las acusaciones de un prelado italiano de haber omitido él mismo las advertencias que le llegaban sobre un cardenal estadounidense, acusado de ser un depredador sexual.
Durante el sínodo, el papa también formalizó las renuncias de dos obispos tras ser acusados de agredir sexualmente a menores. También aceptó la dimisión del cardenal Donald Wuerl, de Washington, sospechoso de haber silenciado un gran escándalo de abusos sexuales en el noreste de Estados Unidos.
La protección de los menores debatida en febrero
Tras la conclusión de esta asamblea mundial, todas las miradas se centran ahora en la reunión excepcional prevista para finales de febrero en la que todos los presidentes de las conferencias episcopales del mundo tratarán de forma específica "la protección de los menores".
"Estoy convencido de que el papa organizó esta reunión para hacer algo concreto", explicó ante la prensa el cardenal estadounidense Blase Joseph Cupich.
Este cardenal reconoció que en el sínodo los abusos sexuales "no eran el tema prioritario de todos los países", señalando directamente a los representantes eclesiásticos de los países asiáticos y africanos.
"La resistencia de algunos obispos" limitó los debates en el sínodo, lamentó el arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, en declaraciones a la agencia Catholic News Service. "Algunos dicen que se trata de un problema exclusivo del mundo occidental", reconoció sorprendido.
Según el presidente de la conferencia episcopal irlandesa, Eamon Martin, algunas Iglesias en el mundo prefieren obviar este problema y no le han dado suficiente importancia. Por este motivo, confía en que la reunión de febrero "servirá para que haya más países que tomen en serio esta cuestión".
"La situación es urgente, se trata de una cuestión de supervivencia para la Iglesia en su forma actual", aseguró el cardinal Reinhard Marx, consejero del papa y presidente de la conferencia episcopal alemana, él mismo cuestionado tras la publicación de un informe que denunció un gran escándalo de abusos sexuales en Alemania.
"El problema está presente en el mundo entero", añadió Marx. Éste consideró no es suficiente con asumir las culpas, sino que también hace falta "cambiar fundamentalmente el sistema" con la ayuda de nuevos "mecanismos" de prevención y responsabilidad.