Latinoamérica en vilo por EEUU y con la esperanza en una vacuna para 2021
América Latina se olvidó por un momento de la tragedia que vive por cuenta del coronavirus, que suma unos 10,3 millones de casos en la región y cuya vacuna se espera tener en marzo o abril de 2021, y amaneció este miércoles en vilo por el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, su poderoso e histórico aliado.
Aunque las infecciones por el mortal virus sobrepasan los 20,7 millones en América, de las cuales casi la mitad corresponden a Estados Unidos, con 9,4 millones de enfermos, la atención de los latinoamericanos se centró hoy en saber quién se queda con la Casa Blanca: El republicano Donald Trump o el demócrata Joe Biden.
Desde que abrieron las urnas este 3 de noviembre, expertos a lo largo y ancho de América Latina analizan lo que representará en lo político, económico y social si uno u otro se hace con la elección, sin prestarle mayor interés, al menos estos días, a la impactante cifra de 642.000 muertos a causa del virus en América, de los cuales 231.000 solo en la potencia norteamericana.
Vacuna
Sin embargo, sí captó la atención el anuncio hecho este miércoles por Hugo Sigman, fundador y director general del grupo farmacéutico Insud, según el cual la vacuna contra el coronavirus llegará a Latinoamérica en marzo o abril de 2021, después de su distribución en Estados Unidos y Europa.
De momento ninguna vacuna de las 175 que están siendo desarrolladas en el mundo fue aprobada para comercialización, y ese paso deberá darse en noviembre o diciembre de 2020 "si no hay inconvenientes", afirmó Sigman en un seminario de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).
Según el experto, cuya empresa se encargará de producir la vacuna de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca, la covid-19 ha fortalecido el proceso de elaboración de determinado tipo de vacunas, que ya se había iniciado con la prevención contra el SARS o el MERS.
Apertura
Mientras se espera con ansias la vacuna contra el coronavirus la economía americana pide a gritos una inyección que le ayude a superar el dolor de los números rojos.
A pesar de ello, la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA, por su sigla en inglés) anunció este martes en Miami que mantendrá suspendidas sus operaciones este año debido a la enfermedad, sin importar que el Gobierno de Estados Unidos levantó la semana pasada el veto a navegar.
La CLIA resaltó que esa industria genera más de 53.000 millones de dólares en actividad económica anualmente y respalda 421.000 empleos estadounidenses que abarcan casi todos los sectores.
La crisis es tal que se estima que la suspensión de las operaciones de los cruceros desde marzo hasta ayer ha generado pérdidas de más de 25.000 millones de dólares y de unos 164.000 empleos estadounidenses.
En contraste, la alcaldía de la ciudad brasileña de Río de Janeiro liberó la permanencia de bañistas en sus playas, la apertura de las discotecas y el funcionamiento de los sistemas de bufé en los restaurantes en una nueva etapa de su rápida desescalada de las medidas que adoptó para frenar el coronavirus.
La séptima fase de flexibilización de las reglas de distanciamiento social que habían sido adoptadas desde abril para hacer frente a la covid-19 en la segunda ciudad más afectada por la pandemia en Brasil fue anunciada por el alcalde de Río, el pastor evangélico Marcelo Crivella.
Pese a que la alcaldía hasta ahora solo había permitido la ida a la playa de deportistas y de bañistas que evitasen permanecer en la arena, en las últimas semanas fue común ver a cientos de personas aglomeradas en las turísticas playas de esta ciudad, muchas sin máscaras de protección y sin guardar distancia entre sí.
La prohibición, que la policía y la guardia municipal prefirieron ignorar y que tan solo era reprimida con multas a los vehículos que estacionaban frente a la playa, finalmente fue levantada y atiende a reivindicaciones de los empresarios del sector turismo.
Pesa más en muchos países latinoamericanos la urgencia de recuperarse económicamente haciendo caso omiso, en el caso de Brasil, que se acerca a los 5,6 millones de casos con 161.000 muertos.
También, el aeropuerto internacional José Martí de La Habana, la principal puerta de entrada de Cuba, reabrirá sus operaciones "en los próximos días" tras más de ocho meses cerrado a los vuelos regulares debido a la pandemia, con lo que se espera que el turismo, la principal fuente de dinero de la isla, tenga un respiro.
El primer ministro cubano, Manuel Marrero, anunció la reapertura del aeropuerto de la capital, aunque sin ofrecer una fecha exacta, durante una reunión con un grupo de turoperadores de Alemania.
Desde su cierre el pasado 23 de marzo, el José Martí solo opera vuelos humanitarios y de carga y es la única terminal del país a la que pueden acceder las aerolíneas estadounidenses.
El resto de los aeropuertos internacionales cubanos operan vuelos al exterior desde el pasado 15 de octubre.