Joe Biden, favorito en las primarias demócratas, inicia campaña en Pensilvania
El exvicepresidente estadounidense Joe Biden, que lidera las intenciones de voto en las primarias demócratas, organiza este sábado un gran acto de campaña en Pensilvania, un antiguo bastión industrial en el que proyecta aprovechar su popularidad entre los obreros.
Pero el camino será largo para este septuagenario centrista y habituado a las metidas de pata.
Desde que se largó a la carrera presidencial con un mensaje en el que desafió al presidente republicano Donald Trump, el 25 de abril, la ex mano derecha de Barack Obama ha marcado una clara ventaja respecto a los otros precandidatos demócratas, más de una veintena.
Tras un primer acto público más bien discreto ante algunos centenares de sindicalistas en Pittsburgh, Biden programó una concentración masiva para el sábado por la tarde, siempre en Pensilvania, para marcar el comienzo de su campaña.
Eligió para ello -quizá para marcar los tiempos de combate que se avecinan- un lugar muy cercano al museo en el que el boxeador de la película "Rocky" se entrenaba.
Y acaba de anunciar que instalará su cuartel general en Filadelfia, capital de este estado del este de Estados Unidos.
No es un azar: Pensilvania pasó al campo republicano durante las elecciones de 2016, y para volver a ganar a nivel nacional los demócratas deberán pasar necesariamente por la reconquista de este estado.
Nacido aquí, muy popular entre los obreros pero también en el electorado negro y moderado, el exvicepresidente se presenta como el demócrata mejor ubicado para desplazar a Trump.
Un campo fragmentado
Para los demócratas, lo que cuenta "en este momento es (...) apostar a un nombre conocido, capaz de derrotar a Donald Trump", analiza Lara Brown, politóloga de la universidad George Washington.
La entrada en liza de Biden coincidió con la decadencia del número dos en los sondeos, el senador independiente Bernie Sanders, ubicado marcadamente más a la izquierda.
La última encuesta de RealClearPolitics sitúa a Biden con 38,1% de las intenciones de voto, más del doble de Sanders, con 16,4%. Todos los demás están por debajo de 10%.
Biden tiene la ventaja de seguir una vía de centro "en un campo tan fragmentado" como el del partido opositor, con 23 precandidatos, muchos de ellos progresistas, observa Robert Boatright, profesor en la universidad Clark.
Sin embargo, con 76 años, ocho de ellos pasados al lado de Barack Obama y 35 en el Senado, Biden podría tener dificultades para encarnar el cambio que tanto ansían los demócratas.
Con su habitual habilidad para la sorna, Trump lo llamó "Sleepy Joe" (Joe el soñoliento). Antes lo había tildado de "vicioso", aludiendo a los testimonios de mujeres que resaltaron las demasiado marcadas muestras de afecto de Biden.
Justo antes de anunciar su precandidatura, Biden había prometido que evitaría por todos los medios esos errores o torpezas, y desde que inició su campaña se empeña en hacerlo.
"Veremos qué pasa cuando deba responder a preguntas que no le habrán sido realizadas con antelación", advirtió Lara Brown.
La izquierda al ataque
Deberá por otro lado explicar también numerosos episodios controvertidos que jalonaron su carrera, como su firme respaldo a una ley anticriminalidad que castigó duramente a la población negra.
Derrotado en dos oportunidades en las primarias demócratas, previas a las presidenciales de 1998 y 2008, fue acusado de plagio en sus discursos de campaña en su tentativa de hace 21 años.
Y la izquierda del partido lo ha tomado como blanco.
La precandidata Elizabeth Warren lo acusa de estar del lado de los bancos, a raíz de una ley que respaldó en el Senado y que favoreció a las empresas de tarjetas de crédito.
La joven diputada socialista y ambientalista Alexandria Ocasio-Cortez dice a su vez que las medidas previstas por Biden para luchar contra el calentamiento global son demasiado tímidas.
"Estamos todavía navegando en aguas desconocidas", subraya Richard Boatright. Máxime cuando el nuevo calendario para las primarias, que otorga un peso más significativo a la progresista California, no es precisamente propicio al por ahora favorito Biden.
Quienes podrían verse en cambio favorecidas son Warren y la senadora californiana Kamala Harris, tercera y cuarta respectivamente en los sondeos.
Con 54 años, Harris ironizó recientemente a propósito de quienes la ven como una excelente compañera de fórmula de Biden para convertirse en la primera vicepresidenta negra de la historia del país.
Invirtiendo los papeles, dijo: "Joe Biden sería un excelente compañero de fórmula mío (...). Ya probó que conoce muy bien el trabajo de vicepresidente".