Pence toma la palabra en la convención republicana para defender a Trump

Mike Pence, vicepresidente de EEUU
Mike Pence, vicepresidente de EEUU / AFP
Afp
26 de agosto 2020 - 12:25

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, tomará la palabra este miércoles en la tercera noche de la convención republicana para defender la reelección de Donald Trump, apelando a un segmento clave en los comicios, el voto de la base evangélica.

Pence, que seguirá en el cargo si los republicanos conservan la Casa Blanca el 3 de noviembre, tomará la palabra desde el Fuerte McHenry en Baltimore, un lugar emblemático en la historia de Estados Unidos, por haber sido la fuente de inspiración para el himno nacional.

Pence ya compareció el primer día del evento en Charlotte, Carolina del Norte, animando a los delegados a confirmar a Trump como candidato remitiéndose a pedir "cuatro años más".

El vicepresidente, de 61 años, es el funcionario de mayor rango en aparecer en la convención, después de Trump, que ha tenido un papel preponderante en todas las noches del evento.

También es uno de sus cuadros más leales, siempre en un discreto segundo plano, y apela a un voto ideologizado sobre la base en creencias religiosas conservadoras y motivado por temas como la oposición al aborto.

En este aspecto, el gobierno de Trump sostiene una ofensiva de copar el espacio judicial de magistrados jóvenes con tendencias muy conservadoras.

Pence, que es encargado de la respuesta de la Casa Blanca a la pandemia, toma la palabra en un momento en que hay más de 178.000 muertos por el coronavirus y donde el manejo de la economía, el principal activo de Trump, descarriló y el desempleo subió sobre el 10%.

El mandatario está por debajo de su rival demócrata, Joe Biden, en las encuestas nacionales y aparece codo a codo en muchos estados claves para llegar a la Casa Blanca, lo que indica una campaña reñida.

El martes Hillary Clinton, que perdió las elecciones frente a Donald Trump en 2016, pese a haber ganado el voto popular, aconsejó a Biden a no llamar a su rival para concederle la victoria si el resultado es muy cerrado.

Debido a la pandemia, se proyecta que habrá una cantidad récord de votos por correo, y varios funcionarios han advertido que puede que los resultados no se conozcan el día de las elecciones.

Hasta ahora Trump no ha contado con el apoyo de ningún expresidente, a diferencia de Biden que expuso en la convención demócrata el respaldo de Barack Obama, Bill Clinton y Jimmy Carter y no se espera que el antiguo mandatario republicano George W. Bush intervenga en el cónclave.

Cuestionamientos a Pompeo

La aparición de la discreta Melania Trump en la convención republicana el martes fue celebrada después de que la primera dama abordara el sufrimiento generado por la pandemia, en un discurso sin lustro pero efectivo, con un tono empático, que se desmarcó del estilo abrasivo del encuentro.

En la segunda noche de la convención, Melania apareció conciliadora, sin lanzar ataques, con un tono compasivo, y habló de su marido como político que "no solo habla, que obtiene resultados".

En la velada inaugural los republicanos habían proyectado una advertencia apocalíptica sobre los riesgos de elegir a Biden, a quien calificaron de "socialista".

Melania, en cambio, reconoció el dolor que vive un país con la mayor cantidad de fallecidos por el coronavirus.

Es un mensaje que puede tener especial importancia en un segmento de votantes clave si Trump quiere permanecer en la Casa Blanca: las mujeres.

"Quiero reconocer que desde marzo nuestras vidas cambiaron drásticamente", dijo Melania desde los jardines de la Casa Blanca, rodeada de banderas estadounidenses y ante una concurrencia de cerca de 50 personas -incluyendo a su marido-, que pese a la pandemia escucharon con el rostro descubierto.

Los discursos de la segunda noche centraron su mensaje en los logros del gobierno de Trump con la participación del secretario de Estado, Mike Pompeo, que desde Jerusalén destacó el reciente acuerdo de paz entre Israel y Emiratos Árabes Unidos.

Ambos alegatos fueron cuestionados por los demócratas que criticaron que Pompeo utilizara una gira oficial para hacer campaña y el hecho de que la primera dama hablara desde el jardín de la Casa Blanca, rompiendo la tradición de separar el gobierno de la campaña.

El congresista demócrata Joaquín Castro lanzó una investigación en la Cámara de Representantes, advirtiendo que el discurso de Pompeo puede haber violado la ley Hatch sobre los límites que enfrentan los empleados federales a la hora de participar en campañas electorales.

"Es absolutamente inaceptable que un secretario de Estado en funciones, que el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, use un viaje pagado por el contribuyente para participar en una convención política", denunció el legislador.

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