Trump ordena retirar las tropas estadounidenses de Siria
Washington/Estados Unidos va a retirar sus tropas de Siria, indicó este miércoles el presidente Donald Trump, que también afirmó que ya se alcanzó el objetivo de vencer al grupo yihadista Estado Islámico (EI) en ese país.
Esta decisión tendría importantes consecuencias geopolíticas y plantea muchas cuestiones relativas al futuro de las milicias kurdas apoyadas por Estados Unidos que combaten contra el EI en la zona.
"Hemos derrotado al grupo EI en Siria, mi única razón para permanecer ahí durante la administración Trump", indicó el propio mandatario en un tuit.
"Ganamos contra el EI (...) Recuperamos el territorio y ahora es hora de que nuestras tropas vuelvan a casa", dijo Trump en un video publicado en su cuenta de Twitter.
"Retiro total, total significa total", dijo un funcionario que habló bajo anonimato y que especificó que la decisión se tomó ayer y que será ejecutada "lo más rápido posible".
Actualmente hay 2.000 efectivos estadounidenses en Siria, la mayoría de ellos en misiones de apoyo de entrenamiento y asesoramiento a las fuerzas locales de combate, principalmente en el norte de Siria, aunque un pequeño contingente está destinado en una base en Al Tanf, cerca de frontera con Jordania y con Irak.
Trump ya había expresado su escepticismo sobre la presencia en Siria y en marzo afirmó que quería traer las tropas de vuelta "pronto".
Sin embargo, sus asesores y los aliados internacionales le advirtieron frente a una retirada precipitada y la misión se extendió.
El Departamento de Defensa ya comenzó el "proceso" de retirada, dijo en tanto un portavoz de esa cartera.
El anuncio no especificó qué efecto tendrá la retirada de las tropas en las operaciones aéreas en Siria, que Estados Unidos lleva a cabo desde finales de 2014.
Un portavoz del gobierno de Gran Bretaña, que ha apoyado durante mucho tiempo la campaña antiyihadista en Siria, dijo que "queda mucho por hacer" contra el EI.
"No debemos perder de vista la amenaza que representan. Incluso sin territorio, (el EI) seguirá siendo una amenaza", señaló en una nota.
Para los kurdos, una "traición"
Washington apoya a las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), columna vertebral de una coalición árabokurda denominada Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).
Pero para Turquía las YPG son una "organización terrorista activa" del ilegalizado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Ankara advirtió que lanzará una operación "en los próximos días" contra el territorio controlado por las fuerzas kurdas en el norte de Siria.
Para Rafee Ismail, comerciante de la ciudad kurda de Qamishli (noreste de Siria), el retiro estadounidense constituye "una traición a los principios humanitarios", en "total contradicción con los compromisos de Washington (…) de proteger al pueblo kurdo, que tantos sacrificios hizo en la lucha contra el terrorismo".
El vínculo entre Estados Unidos y Turquía, un importante aliado en el seno de la OTAN, se ha tensado en los últimos tiempos debido a esta alianza de Washington con los kurdos.
La tirantez se agudizó cuando Estados Unidos estableció un puesto de observación en el norte de Siria, cerca de la frontera con Turquía, que tenía como objetivo evitar altercados entre las fuerzas turcas y las YPG.
En un indicio de distensión, Estados Unidos aprobó este miércoles una venta de misiles a Turquía por 3.500 millones de dólares, un paquete que incluye 80 misiles guiados Patriot.
En igual sentido opinó el senador demócrata Jack Reed, quien consideró que la retirada equivalía a una "traición" a los kurdos que "proporciona evidencia adicional de la incapacidad del presidente Trump para liderar en el escenario mundial".
"Enorme error"
"Hace cinco años, el EI era un grupo muy poderoso y peligroso en Medio Oriente y ahora Estados Unidos ha hecho que fracase su califato territorial. Estas victorias sobre el EI en Siria no marcan un final de la coalición global o de esta campaña", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
Se trata de una "transición hacia una nueva fase de esta campaña. Estados Unidos y nuestros aliados están listos para volver a comprometerse a todos los niveles para defender los intereses estadounidenses cuando sea necesario", agregó.
Charles Lister, investigador principal del Middle East Institute de Washington, estimó que la decisión revela una visión "extraordinariamente cortoplacista e ingenua".
"Esta medida va a parecer más como una 'retirada' que una 'victoria' y es otra evidencia más de la peligrosa imprevisibilidad del presidente estadounidense", afirmó Lister, y agregó que este panorama no sólo favorece al EI sino también a Rusia, Irán y al líder sirio Bashar al Asad.
En el campo republicano, numerosos legisladores de primer plano lamentaron la decisión presidencial.
Para el senador Lindsey Graham, "el retiro de esta pequeña fuerza estadounidense de Siria sería un enorme error", mientras que su colega Marco Rubio se pronunció en términos similares y dijo que la decisión "acechará a Estados Unidos durante años".
Rubio señaló que los militares estadounidenses han advertido de manera "casi unánime" sobre las consecuencias negativas de un retiro de Siria, al igual que el secretario de Defensa, Jim Mattis, para quien puede generar "un vacío potencialmente explotable por Asad o sus apoyos".