Guaidó habla de opciones sobre y bajo la mesa para derrotar a la 'dictadura'
Miami/El presidente encargado de Venezuela con el aval de más de 50 Gobiernos, Juan Guaidó, prometió este sábado en Miami que "va a echar el resto" para que su país vuelva a ser libre y democrático y dijo que para lograrlo están en consideración tanto las opciones sobre la mesa como las que hay "debajo".
Con la "esperanza intacta" después de un año como presidente interino, Guaidó habló ante miles de personas congregadas en un centro de convenciones de Miami durante su primera visita a Estados Unidos, cuyo Gobierno es su principal apoyo internacional.
En un mensaje cargado de entusiasmo y positivismo pero con pocos anuncios, el joven titular de la Asamblea Nacional venezolana destacó que "Venezuela no está sola" y que el mundo reconoce en él no a una persona sino a "una causa", que además es la misma para toda América Latina: la de la democracia y la libertad.
"Estamos a tiempo para hacer renacer un país, pero no vendrá de gratis", subrayó Guaidó, de 36 años, quien reclamó a sus numerosos compatriotas en el sur de Florida que hagan su parte, como dijo que la van a hacer los venezolanos que permanecen dentro de su país.
"Ustedes tienen un rol", "los necesitamos a todos", aseguró y les pidió "por encima de todo unión" y empujar "en una misma dirección".
"Los queremos unidos y determinados", señaló Guidó, quien les instó a organizarse y a convertirse en una "maquinaria" para suplir la censura y las dificultades para estar informado en Venezuela haciendo uso de las redes sociales.
También dirigió un "mensaje claro" al "dictador Maduro" y a sus cómplices, de los que dijo que "están solos".
"Tenemos un plan, una estrategia y el apoyo del mundo", "vamos a lograr la democracia", subrayó.
Según Guaidó, el régimen de Maduro "tiene la posibilidad de dejarnos en paz (a los venezolanos)", pero, incluso sí no lo hace, "también habrá salida".
El líder opositor afirmó sin dar precisiones que en este momento están todas las opciones sobre la mesa y también "bajo la mesa" y aseveró que está dispuesto a hacer todas "las acciones responsables" a su alcance para acabar con la "dictadura" y convocar elecciones.
Guaidó tuvo palabras de agradecimiento para el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por su apoyo, pero no dijo en el acto ni una palabra sobre si se reunirá con él en esta visita, algo que ha estado rondando desde que se anunció que la gira que inició en Bogotá y siguió por Europa y Canadá terminaría en Miami.
Trump está pasando el fin de semana 100 kilómetros al norte de Miami, en su mansión Mar-a Lago, en la costa floridana.
Anunció también que "en los próximos días" va a regresar a Venezuela "a pesar del riesgo" y pidió a los asistentes que "estén atentos" a una gran movilización en Caracas.
"Los venezolanos aprendimos a las malas que la democracia está siempre en juego", dijo Guaidó, quien, aunque prometió "echar el resto" para derrotar a la "dictadura", reconoció que no podía decir cuando será.
Guaidó fue recibido con gritos de júbilo, cánticos y aplausos por un público que había esperado horas de pie y entre el que había muchas personas con gorras y ropa con los colores de la bandera de Venezuela y también algunas con los de Cuba y Nicaragua
Las estrictas medidas de seguridad en vigor en el Centro de Convenciones del Aeropuerto de Miami impidieron que entraran todas las personas que respondieron a la convocatoria.
Al acto estaban invitados todos los venezolanos del sur de Florida y los latinoamericanos en general y los cubanos y nicaragüenses en particular, así como autoridades de EE.UU., tanto del Partido Republicano como del Demócrata.
También estuvo presente la madre de Guaidó, Norka Márquez.
El senador Rick Scott, ex gobernador de Florida; los congresistas Mario Díaz-Balart, Donna Shalala, Debbie Mucarsel-Powell y Debbie Wasserman-Schultz; el alcalde de Miami, Francis Suárez; la senadora colombiana Paola Holguín y otros muchos invitados fueron testigos del encuentro de Guaidó con sus compatriotas.
El alcalde del condado de Miami-Dade, el republicano Carlos Giménez, el primero en tomar la palabra en el acto, dijo que como cubano de origen le duele especialmente lo que está pasando en Venezuela.
Giménez prometió hacer todo lo que pueda para ayudar a Venezuela, una "nación desesperada por la corrupción, la opresión y el desastre financiero", y recalcó que el presidente Trump, es "un gran amigo de los venezolanos", lo que fue recibido con gritos a coro en favor del mandatario y de "USA".
La congresista demócrata Shalala subrayó que espera que Trump escuche las peticiones que ella y sus colegas han hecho para que conceda el Estatus de Protección Temporal a los venezolanos, con el fin de que no sean deportados y tengan que enfrentar a "un régimen asesino" como el de Maduro, como dijo Mucarsel-Powell.
En un año electoral como lo es 2020, los oradores no pudieron evitar que sus discursos tuvieran un tinte proselitista.
Mientras los republicanos destacaron el apoyo de Trump a Guaidó y la causa de la libertad en Venezuela, los demócratas incidieron en la contradicción de que la Administración actual no dé beneficios migratorios a los que huyen de la crisis y de Maduro.
En lo que coincidieron fue en elogiar a Guaidó, "un hombre con coraje", según Shalala, y en la necesidad de restablecer la democracia, las libertades, los derechos humanos y la prosperidad en Venezuela.