El matrimonio "modelo" del partido de Lula y Rousseff enjuiciados por corrupción
La senadora Gleisi Hoffmann y su marido Paulo Bernardo Silva, exministros de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, engrosaron hoy la larga lista de líderes del Partido de los Trabajadores (PT) enjuiciados por supuesta corrupción.
La Corte Suprema, por medio de su segunda sala, formada por cinco magistrados, aceptó hoy por unanimidad las denuncias formuladas por la Fiscalía contra un matrimonio que muchos consideran un "modelo" en la política brasileña y uno de los pocos que ha estado al mismo tiempo en el corazón del poder.
Silva fue ministro de Planificación en el Gobierno de Lula y en la gestión de Rousseff asumió la cartera de Comunicaciones, al mismo tiempo que su esposa ocupaba el Ministerio de la Presidencia, uno de los más influyentes del gabinete de la ahora exmandataria.
La pareja ha sido acusada formalmente por la Fiscalía General de corrupción pasiva y blanqueo de dinero en operaciones asociadas a la red de corrupción que operó en la estatal Petrobras, por la cual ya han ido a prisión importantes líderes del PT.
La lista de líderes del PT salpicados por ese asunto la encabeza el propio Lula, líder incontestable de esa formación que gobernó Brasil entre 2003 y agosto pasado, cuando fue desalojada del poder con la destitución de la ahora expresidenta Dilma Rousseff.
Lula responde por los mismos cargos que Silva y Hoffmann pero ante tribunales de primera instancia, pues carece de la condición de aforado que ampara a la senadora y por extensión, en este caso, a su marido, la cual reserva para el juicio el ámbito del Supremo.
En los últimos días, el PT ha recibido sendos mazazos judiciales en plena recta final para las elecciones municipales del próximo domingo, que supondrán una prueba de fuego para un partido herido por la destitución de Rousseff.
La semana pasada, también por las corruptelas en Petrobras, la Policía Federal detuvo al economista Guido Mantega, quien fue uno de los más influyentes ministros de Lula y Rousseff y que el mismo día de su captura fue excarcelado por la delicada situación de salud de su esposa.
Este lunes, por el mismo caso, el arrestado fue Antonio Palocci, quien ocupó el cargo de ministro de Hacienda con Lula y luego, con Rousseff, fue designado titular de la cartera de la Presidencia.
Silva y Hoffmann han sido acusados de recibir financiación ilegal para sus campañas por parte de algunas de las empresas implicadas en la trama detectada en Petrobras, por la que se investiga a decenas de políticos de casi todos los partidos.
Según la denuncia presentada por la Fiscalía General, que está cargo de esas investigaciones junto con la Policía Federal, Silva y Hoffmann recibieron al menos un millón de reales (hoy unos 310.000 dólares) de esa red, que no fueron debidamente declarados al fisco y a las autoridades electorales.
Hoffmann cobró notoriedad en los últimos meses en el marco del juicio político que acabó con la destitución de Rousseff, de quien fue una ferviente defensora durante las audiencias realizadas en el Senado, que estuvo a cargo del proceso junto con la Corte Suprema.
Tanto Silva como Hoffmann han rechazado las acusaciones y, como otros dirigentes del PT salpicados por denuncias de corrupción, las han atribuido a una "persecución política" contra ese partido, que estuvo en el poder durante los últimos trece años.
Además del proceso que ha sido iniciado hoy por el Supremo, el exministro Silva responde en tribunales de primera instancia a otras acusaciones relacionadas a una trama de corrupción descubierta en la época en que era titular de la cartera de Planificación.
En ese caso, se trata de sospechas de multimillonarios fraudes con créditos que la banca estatal ofrece a los empleados y jubilados del sector público, de los que se habrían beneficiado tanto Silva como otros dirigentes del PT.
Por ese asunto, Silva llegó a ser detenido en junio pasado, pero fue excarcelado una vez que se aceptó una apelación de su defensa que le permitió responder al proceso en libertad.