El líder de los talibanes reafirma el compromiso con el acuerdo con EEUU

El líder de los talibanes Haibatulá Akhundzada / AFP
Afp
20 2020 - 10:27

Los talibanes están decididos a respetar el acuerdo firmado a finales de febrero con Estados Unidos, cuyo objetivo es la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán, afirmó su jefe Haibatulá Akhundzada, el miércoles.

"El Emirato Islámico está comprometido con el acuerdo firmado con Estados Unidos e insta a la otra parte a cumplir sus propios compromisos y a no permitir que se desperdicie esta oportunidad crucial", dijo Haibatulá Akhundzada, que no suele expresarse públicamente.

El acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes "podría ser un instrumento eficaz para poner fin a la guerra" con Washington, agregó.

El lunes, Suhail Shaheen, portavoz de los insurgentes, ya había instado a las diferentes partes en el conflicto afgano a "concentrarse en una solución verdadera y sincera del problema, mediante la aplicación del acuerdo de Doha", firmado el 29 de febrero por Washington y los talibanes, pero que no fue ratificado por Kabul.

La divulgación de este mensaje se produce en pleno recrudecimiento de la violencia en Afganistán, a pesar de este acuerdo que prevé la salida de todas las tropas extranjeras del país a mediados de 2021.

Aunque los talibanes han cesado sus ataques contra tropas de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, sí multiplican los asaltos contra las fuerzas de seguridad afganas.

"Los talibanes han cumplido su compromiso de no atacar a las fuerzas de la coalición", dijo el viernes pasado Zalmay Khalilzad, el emisario estadounidense para Afganistán y uno de los principales arquitectos del acuerdo de Doha.

Sin embargo, violan "el espíritu, si no la letra", del texto, ya que, a su juicio, se comprometieron a una reducción global de la violencia, que no se refleja en "el número de ataques y el número de afganos muertos en dichos ataques".

Talibanes muy activos

Kabul ordenó a las fuerzas de seguridad que "reanuden sus operaciones (ofensivas) contra el enemigo", suspendidas desde la firma del acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes, luego del asalto de la semana pasada a una maternidad en Kabul, que causó 24 muertos, entre ellos numerosos niños.

Washington, que imputa el ataque al grupo Estado Islámico, parece tener una actitud de resentimiento hacia los insurgentes, según varios analistas.

Estados Unidos, con su presidente Donald Trump a la cabeza, no oculta su voluntad de abandonar lo antes posible Afganistán, donde ha estado combatiendo más de 18 años, la guerra más larga de su historia.

Los talibanes han estado especialmente activos esta semana. El martes intentaron tomar Kunduz, una ciudad estratégica del norte, que atacaron en varias ocasiones en los últimos años e, incluso, controlaron brevemente.

Sin embargo, perdieron unos 40 hombres y 50 de sus combatientes resultaron heridos, según el ministerio de Defensa.

El día anterior, uno de sus atacantes suicidas se hizo explotar, en un vehículo militar, frente a un edificio de los servicios de inteligencia en Ghazni (este), causando siete muertos y decenas de heridos.

Responsables gubernamentales indican que se han producido 3,800 ataques talibanes desde marzo, que han causado más de 1,300 muertos y heridos.

La misión de asistencia de la ONU en Afganistán (Manua), en un informe divulgado el martes, precisa que 208 civiles resultaron muertos por los talibanes en abril, cifra en alza de 25% respeto a abril de 2019.

Les pérdidas civiles infligidas por las fuerzas de seguridad a la población han aumentado 38% en un año, con 172 muertos en abril, según la Manua.

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