Atalaya, el camino de la fe

Atalaya es un pequeño distrito de la provincia de Veraguas, que por estos días se convierte en el epicentro de la fe panameña. Allí los pobladores abren las puertas no solo de sus casas sino también de sus corazones para acoger a los miles de peregrinos que llegan desde todas partes del país.

El sol no es obstáculo para los devotos de Jesús Nazareno de Atalaya, quienes caminan largos trayectos con el deseo de dar gracias por los favores recibidos y además, poner en Cristo toda la confianza.

Al llegar al poblado el cansancio se transforma en alegría. No importa el dolor corporal o espiritual, pues “El Nazareno” conforta sus almas y blinda el corazón de los peregrinos.

Durante los nueve días que preceden a la procesión que se realizará este domingo 14 de febrero y que será transmitida a través de las pantallas de TVN, los cantos alegran el poblado y reconfortan a los peregrinos que descansan en los predios de la basílica menor San Miguel Arcángel.

Las autoridades religiosas no solo celebran misas, sino que también ofrecen el sacramento de la reconciliación, porque ser peregrino indica hacer un camino hacia un cambio de conducta.

Alcibíades Coronado, Gaspar Sánchez e Ismael Sánchez, son algunos de los peregrinos que han caminado por varios días desde la ciudad de Panamá, todos coinciden en que el camino es "difícil y fatigoso", pero al llegar a Atalaya "sienten una felicidad que no tiene palabras para describir, porque encuentran la paz que tanto buscan".

El Nazareno

La procedencia exacta de la imagen de Jesús Nazareno de Atalaya y la fecha del inicio de la devoción se pierde entre la historia.

Algunos hablan que en 1730 ya se veneraba en un bohío, sin embargo; un documento firmado por el mayordomo José Núñez de Arco en 1752 cita que el poblado era visitado por peregrinos de los pueblos de Montijo, Las Palmas, La Mesa, San Francisco, Santiago y La Villa de Los Santos.

La tradición histórico-religiosa enumera algunas teorías. Una habla de que la imagen apareció en un río de la región, otra que debido a rencillas entre jefes indígenas y los españoles, se registró una guerra entre ambos grupos y los españoles prometieron que si ganaban dicha guerra, donarían una imagen de Jesús Nazareno a los aborígenes.

Cierto es, que la talla presenta la escena del “Ecce homo”, o Cristo atado de manos. Una tipología muy común entre los españoles y que se extendió a los pueblos de América tras la conquista.

Su festividad se realiza el primer domingo de Cuaresma y reúne a los altos jerarcas de la Iglesia Católica Panameña en comunión con el “pueblo de Dios”.

La basílica

El actual templo tuvo sus orígenes en un pequeño bohío de madera sin labrar y techo de hojas de palma.

Para el año 1753 se construyó una pequeña iglesia y en 1783 se inició la construcción de un nuevo templo, el cual concluyó en 1802.

Con la llegada de monseñor Juan José Cánovas [sacerdote español] al poblado en 1912, se pone especial atención en terminar la torre inconclusa, trabajos que se reiniciaron en 1923 y culminaron en 1925.

En 1964 este templo fue elevado a basílica menor, la segunda en toda la República.

Actualmente, llama la atención de sus visitantes por las ricas pinturas de pasajes bíblicos, columnas, coro y ventanas con vitrales.

Por su historia, gente y devoción a Jesús Nazareno, Atalaya ha sido llamada a convertirse en el relicario de la fe panameña.