Las clases semipresenciales, entre el temor por el contagio y la necesidad de interrelación entre niños

Reinicio de clases debe estar ligado a situación epidemiológica

Tras el anuncio del Ministerio de Educación de suspender el retorno a clases presenciales en algunos centros escolares por el aumento de casos de la COVID-19, especialistas insisten en que es el momento para iniciar este proceso de forma gradual en los sitios donde la tasa de contagio está por debajo de 10 casos nuevos diarios.

El epidemiólogo Xavier Sáez Llorens explicó que urge reiniciar las jornadas educativas con todos los lineamientos bien claros para empezar la gradualidad hacia el sistema presencial de forma híbrida.

Destacó que existe mucha evidencia de países desarrollados y latinoamericanos de que los centros educativos son quizás los recintos de menor riesgo en un país para adquirir la enfermedad, debido a que el covid podría ir de las residencias hacia la escuela y no al revés, ya que con los protocolos de seguridad es poca la evidencia que sugiere que los niños se contagien en las escuelas.

“Hemos tenido avances importantes que minimizan el riesgo, por ejemplo, vacunación de profesores, vacunación de administrativos, vacunación de conductores de buses colegiales, vacunación de adultos mayores que pudieran infectarse si el niño trae la infección y lo que se ha visto es que la infección va del adulto al niño y no al revés”, manifestó Sáez Llorens.

El epidemiólogo detalló que hay evidencia de que cuando el RT está por encima de 1.5, se ha calculado en el RT en las escuelas secundarias está en 0.6 y en primarias en 0.3, pese a que hay casos en la comunidad. “Hay guías científicas que les dicen a nuestras autoridades cómo abrir las escuelas de forma segura”.

“A veces el Ministerio de Salud (Minsa) improvisa y da órdenes que la gente piensa que es un capricho e improvisación, porque no aportan el por qué se tomó la orden. El CDC tiene una tabla bien clara que, dependiendo del nivel de contagio en la comunidad, si es muy alta, moderada, alta o baja, uno puede decidir si abrir las escuelas y el grado de intervención educativa con dos parámetros útiles: el número de casos nuevos en las comunidades donde están las escuelas y el número de pruebas positivas en las comunidades donde está la escuela”, dijo.

Continuó explicando que, si la trasmisión en la comunidad es muy alta, o sea más de 100 casos nuevos por cada 100 mil habitantes en la comunidad en los últimos siete días entonces es mejor mantener la educación virtual, pero si hay menos de 10 casos nuevos por 100 mil habitantes o el porcentaje de pruebas es menos del 5 % se podría asegurar la presencialidad de forma casi absoluta.

Aunque Sáez Llorens reconoce el temor del Ministerio de Educación y de los padres de familia, reiteró que el impacto negativo de no enviarlos y de que no regresen a las escuelas es peor. Insistió en que el Minsa debe dar guías claras basadas en evidencia epidemiológica ya que suena a improvisación.

“Insto al Minsa a que base sus decisiones en evidencia claras, no hay que inventar el agua tibia, hay guías internacionales bien claras de qué hacer con la apertura escolar basada en criterios epidemiológicos”, expresó Saéz Llorens indicando que a un año de la pandemia ya las personas saben cómo protegerse y se sabe cuál debe ser el protocolo de bioseguridad en las escuelas.

El reto de volver a clases

Para el psicólogo César Pérez es importante que los niños retornen a las escuelas para que se relacionen con sus similares, lo que es necesario para que se libere la serotonina que es la hormona del placer, la memoria y el aprendizaje, pero destacó que es un gran reto para el sistema de salud, para el sistema educativo y para la propia familia.

Detalló que hay niños ansiosos y temerosos porque hubo normas de bioseguridad rígidas en la familia, mientras que “hay familias donde no han sido tan rígidas y se ha trasmitido el mensaje de que no pasa nada y ese niño llegará quitándose la mascarilla, corriendo y acercándose y va a haber un caos, va a haber un caos entre el temeroso y el no temeroso”.

Pérez también destacó el papel de los docentes que también tendrán cierto grado de aprehensión, por lo que el salón no solo debe tener un grado de bioseguridad física, sino de seguridad y protección emocional.

“El maestro es crucial en la recuperación educativa y emocional del niño. El recreo me preocupa porque el niño con normas rígidas va a estar cohibido, se va a sentir preocupado por acercarse a otro niño, pero el que viene de una familia liberal de no pasa nada va a correr y acercarse porque eso es parte de la niñez y al maestro le va a tocar un trabajo muy fuerte”, señaló.

El especialista manifestó que los niños se han hecho adictos a los equipos electrónicos, mientras que el ejercicio físico y los juegos forman parte de la educación, entonces despegarlos del ambiente familiar también requiere de recuperación emocional.

Recomendó a los docentes a iniciar clases con un ambiente alegre y entusiasta, sin acercarse mucho a los niños e inclinarse sobre ellos porque los niños tienen un ambiente de preocupación por el contagio.

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