Entregar armas no es suficiente para acabar con delincuencia
Romper el nexo de los jóvenes que han pertenecido a una pandilla con el mundo delictivo no es una tarea fácil; muchos de estos muchachos intentan dejar estos grupos, sin embargo entregar un arma no es suficiente.
En el distrito de San Miguelito operan unas 21 pandillas, redes delictivas que acaparan a cientos de jóvenes, y aunque algunos deciden hacer un cambio en sus vidas, el camino no es fácil.
Elvis, Carlos y Jorge pertenecieron a pandillas desde los 13 y 14 años, y reconocen que el trabajo de resocialización implica más que la destrucción de armas.
Carlos estuvo preso varios años y en la cárcel se integró a una pandilla, es allí donde considera se deben empezar los cambios.
Conseguir armas es lo que menos preocupa a las pandillas, pues los tentáculos del narcotráfico y la corrupción son sus mejores aliados.
Jorge, tiene 24 años y desde adolescente perteneció a una banda. Hoy se dedica hacer trabajos de soldadura, pero antes de eso, pasó por un correccional, y es allí donde dice que el sistema le enseño a delinquir.
Aunque las autoridades apuestan al programa “Barrios Seguros”, el reto más grande consiste en darles oportunidades de empleo y de superación personal.