Juguetes que dan placer !oh la la!

Pues sí, es normal y dejen a un lado el morbo.

Consoladores discretos hasta los pones en tu mesa de noche y pasan desapercibidos.
Consoladores discretos hasta los pones en tu mesa de noche y pasan desapercibidos.
25 de julio 2015 - 09:00

Aquí siempre traemos temas interesantes, en esta ocasión me gustó mucho este artículo y se los comparto tal cual su autora lo describe. Y es que si usted está pensando en un regalo para su amiga que esta de cumpleaños y sabe que tiene una relación espantosa con su pareja, pues sea una buena amiga y regale por qué no ¡un consolador! Seguro su amiga se sorprenderá pero cuando descubra que con ese juguetito puede satisfacer sus necesidades sola, acompañada o como le guste ¡oh la la! Estoy segura te lo agradecerá

La escritora Doral, de la página #todamujeresbella nos dice: un tema fuerte pero necesario amigas queridas, presentamos aquí y ahora a nuestra consideración, en el ánimo de plasmar de manera abierta, sincera y sin tapujos, sobre la realidad “secreta” que viven miles de mujeres en el mundo, y también algunos caballeros (no todos por supuesto), que ante la falta de pareja, tienen que recurrir ante este sistema de estímulos eróticos de fantasía como medida precautoria de salud, o por prudencia, escrúpulos y/o pudores, para poder saciar (a solas), y sin ningún temor, sus necesidades fisiológicas más íntimas y elementales.

Me estoy refiriendo enfáticamente al uso de los famosos “consoladores”. Artefactos, aparatos, productos y servicios que sustituyen el llamado “complemento sexual” para satisfacer dichas necesidades de tipo orgánico en ambos sexos

Hablar de que un género en particular (sea hombre o mujer), estile o acostumbre más uno que el otro, el uso frecuente de este tipo de “imitaciones de celuloide” resultaría soso o desigual, pues no hay excepciones cuando en materia de sexo se trata. Es algo demasiado común para explicarlo de esta manera: Ambos, hombre y mujer sienten por igual ese impulso, o corriente eléctrica-calórica, derivada del sistema hormonal en sus venas, es normal, no tenemos por qué espantarnos ni dar un grito en el cielo por tratarlo de manera pública y de forma cultural, ya en este caso nos sirve hasta de información general y gratis.

¿Cuáles serían entonces los consoladores más adecuados para ella? Se encuentran los vibradores más comunes, a la venta en todas partes, de todas las formas y tamaños y se adquieren a todos los precios, según el lujito de bolsillo que cada cual se pueda dar.

En una tienda sex shop por ejemplo; se pueden encontrar todo este tipo de accesorios: Cremas y lubricantes, macizos y blandos, vibradores y juguetes sexuales prótesis siliconadas, y hasta se pueden encontrar físicamente a la vista del público, (no apto para menores), “phalus erectus”, que funcionan maravillosamente con corriente eléctrica algunos, y otros hasta con baterías o pilas comunes. Tienen la forma y el tamaño que se les requiera. Los materiales de estos penes artificiales, varían de acuerdo al precio y al gusto del(a) consumidor(a).

Los consoladores, vibradores o artefactos sexuales “imitación”, ya no son tema o causa del año del caldo, cualquiera conoce este sistema en pleno siglo XXI amigas, no es un motivo de escándalo hablar franca y abiertamente de estas cosas ya a estas alturas de nuestra época, sobre todo en las parejas que se adoran, pero que no se adaptan de manera perfecta en materia sexual. Esto sucede incluso en esos hogares donde la cama matrimonial yace y duerme fría o vacía.

Mujeres hay miles que se quejan de que sus maridos no las satisfacen sexualmente, porque su pene es muy pequeñito o demasiado grande y las lastima. O señores hay que no saben cómo estimular el clítoris de su mujer, no saben cómo utilizar su guerrero poderoso y generoso. A veces un juguetito podría ayudar...no les interesa localizar el famoso punto G de la mujer para prepararla para el acto sexual. Se creen que cumplen su función de machos, sólo con el simple hecho de introducir a la mujer genitalmente. Se preocupan más por su propia satisfacción personal e inmediata, dejando a la mujer por supuesto con la hoguera encendida y en vez de llevarla al cielo, la dejan tirada en el suelo, botada a su suerte, impotente, resentida y desesperada. ¿Cierto?

Es oportuno señalar también amigas queridas, que el abuso de estos productos equivale a exceso, que ningún organismo femenino que dependa totalmente de estos accesorios, o esté sujeto a excesos de esta u otra índole, pueda garantizar que a la larga las sensaciones genitales resulten tan satisfactorias como al principio de haber adquirido este hábito solitario, que aunque suene burdo y soez decirlo o señalarlo así, a veces es tan necesario.

En algunos casos extremos el abuso o el exceso puede provocar frigidez (disfunción sexual femenina), todo con medida es equilibrado, pero fuera de base es responsabilidad absoluta de cada cual. Por lo tanto mis amigas queridas, sobre aviso no hay engaño.

Cuidemos pues de sujetar nuestros deseos o impulsos sexuales al péndulo: Ni tanto que queme a la santa, ni tantito que ni siquiera la alumbre caray.

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