Chifeando el Tranque
En vivo
Qué te puedo decir, no eres ni la primera ni la última. Los seres humanos somos tan impredecibles, tenemos la costumbre de relacionarnos con nuestro entorno, interactuar con nuestros compañeros de trabajo que por cierto compartimos más que con nuestra propia familia y ¡qué crees! Llega un momento que CHÁS terminamos involucrados en una relación de romance, sí que estamos locos.
Y es que envolverte en una relación laboral no siempre es la mejor vista en tu entorno, digo esto ya que para las personas es normal que si tuviste algo que ver con tu amigo del barrio, un amigo de una amiga o inclusive ese amor de colegial que a veces perdura por tiempo prolongado ufff no pasa nada. Pero una vez que estés en un ambiente de trabajo y te involucres con un colega, compañero o jefes ¡Oh my God! Ya verás cómo se arquean las cejas, escucharas murmullos y esas miradas hipócritas que traspasan cristales… Ohh siii.
Ahora vamos a analizar esas casualidades de la vida, digo casualidad porque la mayoría de las veces o casi siempre, entras en un ambiente de trabajo por casualidad no porque te ibas a encontrar a fulanito o fulanita allí, por cosas del destino terminas conociendo a esa persona que ves todos los días, que pasas más de ocho horas diarias, que compartes cosas en común contigo (vamos mi gente por supuesto que deben existir ciertas cosas en común) y que ese intercambio de palabras termina en una relación. Que es normal, lo bueno es que se conocen recíprocamente, estas relaciones suelen ser las más duraderas y estables, no es nada raro que sea así, somos seres humanos con sentidos y sentimientos, aunque la sociedad penalice y los lugares de trabajo también el involucrarse con relaciones tipo laboral, es un secreto a voces que pasa. ¡Ojo! No siempre pasa pero si estas dentro de ese grupo que comparten un romance, no pasa nada y sigue adelante sin dejar que esos rumores sin sentido afecten lo que estás viviendo.
El problema surge cuando se ve como algo alienado, extraño o se tiene que ocultar porque el resto de compañeros no lo van a comprender o, lo que más miedo da, que sean los “de arriba” los que no lo aprueben (¡¡vivan nuestros derechos!!).
Ahora bien, sigamos analizando; todo en esta vida tiene sus pros y sus contras. Se sabe que una relación puede interferir negativamente en el ambiente de trabajo cuando ésta no es sana, también puede afectar en las relaciones con otros compañeros que vean favoritismos donde no los hay o que se sientan coartados a la hora de trabajar con uno o con otro. Pero esta negatividad también va a hacer que esas personas trabajen mucho más duro “para que no se diga”, como si sintiesen que tienen que demostrar que no les afecta en absoluto, al menos para mal.
Cuando te enamoras, te enamoras, por mucho que intentes no mostrarlo se nota, se ve, se siente, además de que, con el chute emocional que llevas, estás más feliz que una lombriz y las risas y las sonrisas afortunadamente son contagiosas por lo que tu entorno va a llevarse una parte de eso también. Y ya no digamos si ha habido gente involucrada en que ese romance se diera, porque siempre hay más de un cómplice que sabe el cuento y se hacen los locos para provocar situaciones donde se dé un gesto a favor de ese coqueteo.
Hay empresas que lo prohíben (¿Esto es algo legal? ¿En serio?) Y esto puede hacer que las personas lo vean como algo duro y tedioso y que, precisamente, el “que no se note” hace que la relación se enfríe o se creen problemas (llegan los celos, los reclamos) mientras que otras parejas disfrutan de ese momento que tiene lo oculto, lo prohibido, el juego de “que no nos pillen”.
Sin embargo qué decir de las personas que se cohíben, se tragan esas pasiones, lo dejan pasar porque parece que los “peros” siempre van a pesar más que los sentimientos y la preguntas esa que retumba “¿y si sale bien?”. Por miedo, no vaya a ser que se enturbie algo, y yo me pregunto ¿no es esa misma auto imposición lo que hace que el ambiente se enrarezca?
Lo sorprendente es que muchas de esas personas que no se permiten expresarse o dar ese paso luego aprueban por ejemplo que una pareja de amigos monten un negocio junto, o ven como sus amigos son felices llevando una relación donde ambos se dedican a lo mismo. ¡Ah! Que como ya venían juntos de casa es lo más normal del mundo… Serio
Con esto no te estoy diciendo que vayas mañana al trabajo a lanzarte al cuello con tu compañera o compañero, pero sí el que si surge, si pasa, que tengas en cuenta que es normal, que somos seres sociales y emocionales, que el roce hace el cariño y ya sabes dónde nos lleva… Uhmmm.
Seamos felices, trabajemos fuerte y vivamos cada momento que a final de cuentas cada espacio nos ayuda a crecer (bueno aquella persona que aprende de todo) hay gente que no aprende nada porque son muy ego.