La importancia de acostumbrar a tu hijo a tomar una siesta

Nosotros los padres a veces creemos que si el niño duerme durante el día, luego demoraran en dormir cuando les toca en la noche. Otros piensan que si dejan a sus niños descansar deben levantarlos en medio del sueño si ven que duerme largo.

De salida estamos actuando de manera errónea, ya que esto no contribuye en nada al desarrollo del infante, recordemos que el sueño les ayuda a generar energía mientras duermen, además que aporta al organismo la hormona del crecimiento a través de la glándula pineal.

Lo primero es establecer una rutina en casa, cómo logras esto, a través de la comunicación con tu hijo, debes sacar tiempo para conversar sobre la importancia de descansar durante el día, es necesario hacerlo hasta lograr que se acostumbre diariamente.

De no acostumbrar a tu hijo a tomar una siesta, esto puede afectar su desarrollo e incluso de acuerdo a la investigación realizada por la Universidad de Colorado en Estados Unidos, también el del cerebro, exponiéndose a un riesgo de problemas emocionales y de ánimo de por vida.

La falta de sueño puede también ocasionar que el niño pierda concentración, no logran seguir indicaciones, les cuesta mantenerse concentrados y hasta pueden caer en hiperactividad.

Los expertos señalan que mientras el niño duerme no debemos interrumpirle el sueño abruptamente, recomiendan acariciarle lentamente, hablarle en susurros, ponerle una música suave. Más no levantar al niño a gritos o con movimientos bruscos.

Recuerde a su vez, que los niños en edad preescolar necesitan entre 10 a 12 horas de sueño nocturno. Si duerme bien por la noche puede no necesitar hacer la siesta durante el día, pero sí necesita de un momento de relajo, reposo y tranquilidad.

Antes de eliminar completamente las siestas, por temor a que su hijo luego no pueda dormir en las noches consideren que los niños que han descansado por la tarde, se tranquilizan más deprisa por la noche que los que están completamente agotados.

Según los especialistas, aunque no parezca, los niños que se acuestan por las noches demasiado cansados suelen estar muy activos, nerviosos y muy inquietos y usted va a demorar más en tranquilizarlos y ayudarlos en dormir.