El campo se queda sin dirigentes

Liderazgo

Se han desarrollado soluciones de monitoreo de los cultivos.
Campos de cultivo / Cortesía.
Julio César Aizprúa
26 de agosto 2022 - 12:24

Fue en una ocasión cuando un productor de las tierras altas chiricanas trató de desmentir una información del suscrito, enviando a los medios una carta en donde se distanciaba de unas declaraciones que el día anterior había dado.

Confrontado, el productor aceptó que no había ni siquiera leído la carta de retractación, pues el entonces director regional del Ministerio de Desarrollo Agropecuario, cuyo nombre no vale la pena recordar, se la había entregado, e incluso ya con la firma del agricultor.

Confesó que de no haber llevado esa carta a los medios su cosecha no habría podido venderse en su totalidad, pues una sola llamada del ministro de turno a sus compradores afectaría grandemente sus finanzas.

En la misiva se le recordaba que tenía un préstamo con una de las entidades del ramo, por lo que era conveniente que se mantuviera al margen de cualquier comentario a los medios de comunicación, siempre y cuando no fuera para hablar bien del ministerio.

Esta realidad, en ocasiones sutil, la conocen los productores. Algunos se hacen de la vista gorda, mientras que otros se dedican solos a pelear sus batallas, ya que sus dirigentes son absorbidos por cada administración agropecuaria que apaga las voces que en otrora vibraban en los campos.

Los ejemplos sobran, antes y ahora. Convertidos en funcionarios, los dirigentes languidecen bajo la sombra del ministro de turno, avalando, aplaudiendo cada acción, mientras que los nuevos, los que brotan de vez en cuando, parecen seguir, salvo honrosas excepciones, por el mismo camino, ese que les brinda beneficios, con poco esfuerzo.

Agachar la cabeza es un ejercicio que, al parecer, algunos no olvidan y para muestra un botón. Con la crisis generada por la aparente escasez de arroz, los productores se oponían a la importación del grano, alegando que no era necesaria, ya que una reciente encuesta de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia daba cuenta de ello.

Pero, solo bastaron, según dijeron, unos manotazos sobre la mesa del ministro del ramo para que los dirigentes de las asociaciones de arroceros aceptaran que se trajera el grano, que los molineros insistieron en que fuera en cáscara, pues de esa manera se le extrae más beneficios.

La aprobación fue avala por los productores, aunque a regañadientes por parte de algunos, cuando para el pueblo era más beneficioso que se trajera el grano pilado, empacado y puesto a la mayor brevedad posible en las estanterías de los comercios.

Ahora, cuando se avecina el debate para la aprobación de la Política Agroalimentaria de Estado, presentada como la panacea a los múltiples problemas que aquejan al campo, será interesante ver el papel que jugarán los llamados a defender la estabilidad de los surcos. Amanecerá y veremos…

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