Desertor cubano se une a los Bravos de Atlanta
Héctor Olivera convocado con el equipo grande
Los Bravos de Atlanta tienen al menos algo por lo cual entusiasmarse durante el último mes de lo que se perfila como su peor campaña desde 1990.
El desertor cubano Héctor Olivera fue convocado para el juego del martes contra los Marlins de Miami, y buscará justificar el alto precio que los Bravos pagaron para hacerse de sus servicios justo antes de que venciera el plazo para realizar canjes. El pelotero de 30 años bateó sexto en el orden y jugó como antesalista en su debut dentro de las Grandes Ligas.
Se fue de 4-0 con un ponche y los Bravos volvieron a caer, esta vez por 7-1.
"Es el primer paso, así que hay nervios", dijo Olivera, sentado en la cueva del Turner Field durante la práctica de bateo. "Pero no me siento tan nervioso. Ahora estoy aquí y es hora de comenzar".
Olivera fue adquirido a los Dodgers de Los Ángeles mediante un convenio que involucró a 13 jugadores y en el que participaron también los Marlins. Los Bravos mostraron cuánto valoran al pelotero de cuadro, pues cedieron al abridor Alex Wood, a los relevistas Jim Johnson y Luis Avilán, así como al prospecto venezolano José Peraza.
Los Bravos, que se han enfocado en adquirir a jóvenes lanzadores durante un complicado año de reconstrucción, consideran que Olivera puede contribuir eventualmente con el madero. Trataron de contratarlo antes de la campaña, cuando desertó de Cuba, pero Olivera terminó marchándose a los Dodgers con un convenio de seis años y 62,5 millones de dólares, incluidos 28 millones por estampar su firma.
El manager cubano Fredi González sabe que la decisión es una especie de apuesta. Se ha cedido mucho a cambio de un pelotero que nunca había jugado en las mayores. Tomando en cuenta su edad y sus antecedentes, Olivera dista mucho de ser el típico novato.
"Uno mira el swing y piensa que puede funcionar en las Grandes Ligas", dijo González. "Pero nunca se sabe hasta que él llega y juega".
Olivera se ha perdido actividad este año por una lesión de muslo. Jugó sólo 19 encuentros con tres equipos de las menores en la organización de los Dodgers, y participó en 16 duelos con otras tres sucursales de Atlanta después del canje.
En Gwinnett, equipo de la Triple A, tuvo un promedio de .231 sin jonrones y con tres impulsadas en 10 compromisos, antes de que se le convocara a las mayores.
"Cada día se siente como parte de un proceso", manifestó. "No estoy todavía al 100%, pero sí muy cerca. Creo que en los próximos tres días estaré donde necesito estar".
Olivera, quien no habla inglés, tendría una transición más fácil con los Bravos. González lo guiaría en su idioma, lo mismo que tres coaches -Carlos Tosca, Eddie Pérez y José Castro-, y el asistente Horacio Ramírez. Asimismo, Olivera tiene una relación cercana con su compatriota, el antesalista Adonis García, quien también formó parte de la selección de la isla.
"Eso será mejor para mí, porque somos buenos amigos", comentó.
González no ha decidido cuánto tiempo jugará Olivera con los Bravos, pero considera que le dará participación en los últimos 31 compromisos. Después de todo, Atlanta no tiene nada que perder. El martes sufrió su séptima derrota consecutiva. Ha perdido 14 de 15 encuentros, para caer a una foja de 54-78 en la campaña.
Olivera considera que este momento es importante para adquirir confianza y experiencia de cara a 2016.
"Muchos peloteros han jugado ya más de 100 juegos en esta temporada", recordó. "Yo estoy poniéndome al corriente. Necesito hacer esto, conservarlo para la próxima campaña y estar listo para la pretemporada".