Lionel Messi, el "Killer" de los récords históric

BARCELONA -- Veintitrés estadios diferentes en 15 países distintos. Y 71 goles, el récord de Raúl, igualado de momento en Amsterdam y frente a un rival, el Ajax, que vendría a ser el hermano gemelo, al menos en cuanto a filosofía, de este Barça que, desdibujado en la primera mitad, cerró su pase a los octavos con la marca de Leo Messi a hombros. No fueron los mejores goles de su carrera y se espera que en Chipre, si ve puerta, alcance el récord solitario con mayor plasticidad que este miércoles en que igualó al ex madridista y futuro crack del Cosmos con un remate a boca de gol asistido por Pedro, después de abrir la cuenta con un cabezazo inverosímil en una jugada de chiste desde el plano holandés y que fue, a fin de cuentas, la que desequilibró a un rival que llegó a amargar al Barça durante muchos minutos. Messi ya es eterno y parece decidido a ir poco a poco. Se le resiste el récord de la Liga que mantiene aún Zarra, pero eligió un estadio en que no había anotado para escribir otra página en la historia. Es el futbolista que ha marcado en más campos distintos en la Champions por delante de su alter ego, Cristiano Ronaldo, que ha anotado en 22. Y le fue a superar, a dejar por detrás, un día después de que el portugués se quedó sin ver puerta frente al Liverpool y horas después de que recibió en Madrid la Bota de Oro. "Lo importante era conseguir la victoria para jugárnosla contra el PSG", aseguró tras el choque el jugador argentino, quien se sonrió cuando se le preguntó acerca de cuál considera es el mejor de esos 71 goles que marcó: "Siempre dije que es imposible quedarse con uno. Los más lindos y recordados son los de las finales". Lo curioso es que de cabeza marcó un gol inolvidable en una final de Champions, con el corazón otro inolvidable en una final de Mundial ante Estudiantes y con la cabeza fue a marcar esta noche a un Ajax que, reconoció, "mueve muy bien la pelota, la juega de un lado a otro y nos puso en bastantes problemas". La crítica que empezaba a acentuarse entre los comentaristas de radio y en las redes sociales por el juego del Barça se silenció de sopetón cuando Bartra, el que apartó del plano a Piqué, luchó una pelota imposible en la banda, pegado a la línea de gol y que le venció