Gallardo y el reto de la reconstrucción del River campeón

River Plate

Marcelo Gallardo
Marcelo Gallardo / Getty Images
Afp
21 de diciembre 2015 - 08:43

River Plate se quedó sin "la frutilla del postre", como definió su técnico Marcelo Gallardo la derrota en la final del Mundial de Clubes ante el Barcelona, y ahora iniciará un nuevo ciclo, tras perder a jugadores fundamentales como Matías Kranevitter y Carlos Sánchez.

Piezas claves en el espectacular 2015 de Los Millonarios, en el que sumaron cuatro títulos internacionales (Recopa-Supercopa-Libertadores-Suruga), el primero se ha enrolado con Diego Pablo Simeone en el Atlético y el segundo renunció a River porque la oferta económica de Monterrey fue muy superior.

"Es el final de un ciclo, se van jugadores importantes. Era la frutilla del postre", señaló el domingo tras perder 3-0 el técnico, que decidió renovar con el club hasta 2017 a pesar de contar con ofertas importantes.

Lo cierto es que el equipo no llegó en su mejor momento futbolístico a este Mundialito, como reconoció Gallardo, de un grupo en plena curva descendente que se desinfló al perder en los últimos meses a Teófilo Gutiérrez, Fernando Cavenaghi, Ramiro Funes Mori, Germán Pezzella y Ariel Rojas.

Kranevitter, la brújula del equipo, y Sánchez, el hombre de los goles providenciales, completarán la lista.

Defender la Libertadores

En el primer semestre de 2016 el nuevo River tendrá como desafíos el torneo local y la Copa Libertadores, como defensor del título.

Con una lista de bajas tan larga, lo primero es hablar de refuerzos. Gallardo ya ha conseguido que regrese Nicolás Domingo, de Banfield, un jugador formado en las categorías inferiores del club de Núñez.

Otro hombre que interesa en el mediocampo es Joaquín Arzura, que juega en Tigre, pero poco se sabe de las negociaciones de ambos clubes.

El 'Muñeco' también desea reforzar las posiciones de central, creador de juego y delantero.

Reconstrucción del plantel

Tras potenciar el equipo ganador de Ramón Díaz y convertirlo en una máquina de superar eliminatorias, ahora el admirado técnico de 39 años se enfrenta a un nuevo reto, la reconstrucción de un plantel.

Antes de comenzar la aventura en Japón, las noticias para River no eran buenas. Llegó de capa caída al Mundialito tras ser eliminado de la Copa Sudamericana-2015 en semifinales por Huracán. Era el defensor del título.

Tampoco destacó en el torneo local de 30 equipos, lejos del estupendo nivel que lo llevó a ganar la Copa Libertadores-2015.

Lo que no falló en el Mundial de Clubes fue la comunión con una hinchada capaz de desplazarse en masa -más de 15.000 viajaron hasta Japón- para seguir el último reto del grupo de Gallardo.

No pudo ser. El mejor equipo de Europa en la última década batió con autoridad a los Millonarios. River debe seguir consolándose con la Intercontinental ganada en 1986 y Argentina sigue sin tener un campeón del Mundial de Clubes.

Entre los puntos positivos, la experiencia ganada por los jóvenes del plantel, entre ellos el delantero Lucas Alario, el chico con estrella que de nuevo fue vital, llevando a River a la final con un providencial gol de cabeza.

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