Jefe del fútbol boliviano anticipa renuncia, en medio de nueva huelga de jugadores
Situación difícil en el balompie del altiplano
El fútbol boliviano ingresó a una nueva fase de crisis, tras la decisión del presidente de la primera división, Marco Peredo, de anunciar su dimisión, tras criticar a dirigentes que adeudan a jugadores y que activó una nueva huelga, la segunda en casi tres semanas.
"Yo hice todo lo que estaba a mi alcance y lo que podía hacer, no es que me acobarde, sino que hay gente que no quiere jugar el partido y si no quieren jugar uno alza su pelota y se busca otra cancha", graficó en tono molesto, el presidente de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano (LFPB), que se encarga del torneo de clubes.
Peredo, quien a la vez es presidente interino de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) que administra la selección, dijo que dejaba a los dirigentes de clubes resolver el vacío dejado, pero que su decisión es irrevocable, aunque no la comunicó oficialmente.
La salida del directivo se produce en medio de una nueva huelga de jugadores, la segunda en casi tres semanas, por la deuda de algunos de los 12 clubes a sus jugadores, por premios y salarios.
La primera huelga, a fines de julio, se suspendió por un compromiso de pago, que se incumplió y dio lugar a este nuevo paro. Los equipos tenían, a principios de mes, una deuda global de 1,2 millones de dólares, según el sindicato de futbolistas FABOL.
En los últimos días una mayoría de clubes arregló con sus jugadores, pero algunos mantienen aún deudas, aunque oficialmente se desconoce de cuáles se trata.
A causa de esta situación, Peredo no ahorró criticas a los dirigentes por no cumplir con sus jugadores. "El que se jode es el fútbol, los que se joden son ellos mismos (dirigentes). Se para el torneo y dejan de percibir ingresos y siguen pagando sus planillas", acotó Peredo.
La empresa televisiva dueña de los derechos de transmisión Sports TV-Rights comunicó a la LFPB que cada partido suspendido le ocasiona una pérdida de 13.500 dólares y que a esta penalidad se le deben sumar otros "daños y perjuicios".
El fútbol boliviano arrastra una crisis desde mediados de 2015, cuando el entonces presidente de la FBF y tesorero de la Conmebol, Carlos Chávez fue detenido, por denuncias de corrupción.
Desde entonces los dirigentes se han sumergido en luchas internas por el control de la FBF y de la LFPB.