Super Bowl XLVIII, el gran show inicia
El Super Bowl, el mayor acontecimiento deportivo de Estados Unidos y uno de los más importantes de todo el mundo, llega por primera vez a la zona de Nueva York, que recibirá a medio millón de aficionados con un enorme dispositivo de entretenimiento, seguridad y negocio turístico. El partido final de la NFL entre los Broncos de Denver y los Seahawks de Seattle se disputará este domingo en el estadio MetLife, en East Rutherford (Nueva Jersey), justo al otro lado del Hudson, pero el protagonismo es para la Gran Manzana. Las autoridades calculan que, además de los 82,500 aficionados que llenarán el estadio, en torno a 400,000 han viajado a la zona para vivir los eventos paralelos y la fiebre del Super Bowl, y muchos de ellos son ya visibles por toda la ciudad con los jerseys, bufandas y gorros de sus equipos favoritos. La Gran Manzana cerró al tráfico el tramo de Broadway entre las calles 34 y 37, entre las emblemáticas plazas de Times Square y Herald Square, y han bautizado la zona como Bulevar del Super Bowl. Ahí se dieron cita firmas de autógrafos de jugadores o la exhibición del Trofeo Vince Lombardi (la copa que gana el equipo vencedor), el balón que se usará en el encuentro y hasta un tobogán gigante de 21 metros de alto. "Hay mucha gente feliz y contenta porque el balón está aquí", dijo a la agencia EFE un aficionado, Julio Figueroa, que se acercó a vivir el ambiente del Bulevar del Super Bowl, que estará abierto hasta el sábado y por el que las autoridades prevén que pase un millón de asistentes. Texto: Tomado de EFE Los cálculos oficiales de la NFL apuntan a que el Super Bowl tiene un impacto de entre 500 y 600 millones de dólares (8,000 millones de pesos) en el lugar que la alberga, pero varios economistas independientes advierten de que esas cifras son exageradas y en realidad apenas alcanzan el 10% de lo que afirma la liga. Aún así, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, asegura que la llegada del Super Bowl tendrá un "impacto fantástico en la economía local" y será "algo grande" para la ciudad. La seguridad es un asunto primordial, y más de 4,000 agentes de cuerpos locales, estatales y federales, así como guardias privados, se ocuparán de prevenir la delincuencia o un hipotético atentado terrorista. En torno al estadio se ha levantado un cerco de seguridad de seis kilómetros de largo, que protege también la estación eléctrica que suministrará energía al evento. Se vigilarán de forma especial los trenes y autobuses que llevarán a muchos espectadores al encuentro, y se ha reforzado el transporte público. Dentro del vallado metálico habrá zonas de inspección con perros detectores de explosivos, aparatos de rayos X y 130 detectores de metales por el que pasarán los aficionados el día del partido. Embarcaciones policiales vigilarán los cursos acuáticos próximos al estadio, mientras que el espacio aéreo estará controlado por las autoridades militares. Las entradas, agotadas hace meses, aún pueden conseguirse en la reventa, y el precio está bajando ya que los operadores de este negocio no quieren quedarse con boletos sobrantes.