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No veía a Panamá ganando, pero tampoco perdiendo así

Hoy Panamá lució como un equipo sensiblero y con temor para hacerle frente a un Estados Unidos que jugó como siempre; no hubo variación en la intensidad de su juego.

somoslaselestaff
12 2013 - 07:12

Muy bonitos se ven todos en el país de las maravillas cuando llegan las cámaras al Rommel y comienzan a vacilar y relajear en medio de las prácticas. Eso dice muchas cosas bonitas, pero lastimosamente no somos Alicia ni tampoco estamos en el país de las Maravillas. No sé si es que Julio y Jorge cuando entrenan dan por hecho que cada jugador sabe hacer el trabajo y somos superdotados, porque esas pláticas en el lado este del Rommel Fernández parecen no ejercer mucha seriedad al combinado panameño.

Como dice el dicho: “cuando tenemos que pararnos como hombrecitos no lo hacemos”. A la hora de decirle groseramente a los medios de comunicación: ¡no, hoy no me toca hablar! ¡no quiero hablar hoy! Pero la cosa cambia mucho cuando estamos en el terreno de juego y nos encasillamos o nos encasillan como si fuéramos unos novatos en este negocio. Hay algo muy cierto: Panamá en sí no tiene tradición de ser una potencia futbolera en el área, pero la mayoría de sus jugadores se rozan con los mejores de la región en las diferentes ligas del continente, llámese MLS, Liga MX o la que sea. Entonces, dónde está el fallo. ¿No jugamos y no sudamos las seis letras porque no nos están pagando los suficiente? o ¿Estamos siendo muy paternalistas como cuerpo técnico?

Hoy ocurrió algo que muchos esperábamos, y en eso me incluyo, yo no veía a Panamá ganando hoy. Pero les soy muy sincero, tampoco nos veía perdiendo de esa manera sin siquiera pelear por la honra. Somos, como me decía mi abuelo en el interior: “llamarada de capullo”. Salimos con todas las ganas de gol, eufóricos, determinados, pero esa euforia dura poco cuando vemos que el rival se nos viene encima. Creo que esa dirigencia sensiblera de Julio de tratar a los jugadores suave y con respeto ya debería tomar un poco más de criterio. No sé, estaré equivocado (lo más seguro), pero no conozco a un técnico que haya ganado algo en su carrera si no se pone los pantalones y hace valer su posición. Pero pasa algo, y ahí me excuso, cuando el DT toma decisiones arbitrarias, entonces los medios salimos a decir que el director es malo y patatán y pututún. Como podrán haber leído, ni siquiera voy a hablar del partido, ya que hoy se vio evidenciado en Seattle algo que olía mal en el asador y no se sabía que era.

Con criticar a los jugadores y decir quien debió entrar o quien debió salir no se arregla nada; ya el juego pasó y Panamá perdió. Solo para reflexionar sería bueno mencionar a unos cuantos jugadores que usted como lector debería sacar las conclusiones de su actuación. Eso sí, dejando de lado el fanatismo y poniendo los pies sobre la tierra, sin apegos emocionales ni rencor retorcido. Tres nombres: Armando Cooper, Amílcar Henríquez y Luis “Matador” Tejada.

Solo Dely sabrá lo que hace. Al fin y al cabo, él no es el que juega en el terreno, pero sí es responsable de corregir los errores y abrir los ojos ante una situación que no está encajando en su once titular.

Espero encontrar caras divertidas y alegres en los entrenamientos que vienen rumbo a la sexta fecha. Allí voy a corroborar que el fútbol panameño tiene en su presente a unos jugadores que no están comprometidos con la camiseta, o eso parece. La seriedad y la disciplina siempre es buena en todo lo que hagamos a diario. O pregúntenle a los grandes técnicos si en algún momento de su carrera no tuvieron que pararse firme y mandar pa’ la porra a más de tres jugadores.

Del partido, mejor ni hablemos, eso se lo dejo a los conocedores, yo solo soy un simple espectador más al que le dan la oportunidad de escribir en este espacio. Igual, lo que escribo no tiene que ser la verdad, ni lo correcto, ni lo sabio, solo plasmo una vaga idea de lo que veo y siento al momento de ver cómo desperdiciamos oportunidades en el largo camino de la vida, una vida llena de goles, faltas, tarjetas amarillas, rojas y tiros de esquina; una vida llamada fútbol. Solo el que la vive puede entenderla…

Por: Laureano Barría Moreno

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