Yo no vi los resultados, miré lo que protagonizamos…

Copa América Centenario… Una Copa histórica para nuestro continente. La historia siempre tiene dos caras; las de los que todos recuerdan (héroes) y las de los que pasaron inadvertidos (perdedores).

Estuve en la Copa con un equipo que en América está haciendo su nombre, un onceno que cada día está en boca de muchos – para bien o para mal – se trata de un equipo que ha sufrido más de lo que ha reído.

Un equipo que a pesar de tener recursos limitados, en comparación con otros países, ha conseguido logros que sorprenden. ¿De quién habló? Pues de Panamá, el equipo que cuando llega a un torneo deja buenas sensaciones. No para los rivales, pero sí para los 4 millones de panameños que cada día ven más cerca un Mundial de Fútbol.

Cuando estaba en las conferencias de prensa, el temor al enfrentar a la Sele no era el típico miedo de la expectativa, más que nada los rivales pensaban que se iban a enfrentar a unos salvajes que los iban a rellenar de golpes.

Para sorpresa de todos, en el primer tiempo de cada uno de los partidos, esta selección de Centroamérica se paró de tú a tú con Argentina (para mí futuro campeón de la Copa) y el campeón vigente, Chile.

¿Cómo saber cuándo el rival y la fanaticada te respeta? Simple, en cada partido cuando estábamos en el centro de prensa, los periodistas de Argentina (Subcampeón del Mundo) y Chile (Campeón de América), celebraban el triunfo y los goles como si se tratara de la final del Mundial.

Muy diferente a como cuando tú sabes que eres mejor que el rival y los vas a masacrar…NO HAY EMOCIÓN. Ver a una fanaticada de los equipos más fuertes de Suramérica sufrir por Panamá, me dice que estamos mejorando y que nuestro nivel puede METERLE MIEDO A CUALQUIERA…