Auge y caída de la emprendedora que engañó al mundo con una tecnología que no funcionaba

Fraude

Elizabeth Holmes junto a su esposo Billy Evans después del primer día de su juicio por fraude
Elizabeth Holmes junto a su esposo Billy Evans después del primer día de su juicio por fraude / AFP

Apodada como 'la nueva Steve Jobs', Elizabeth Holmes se convirtió en la multimillonaria más joven del mundo en 2014, gracias a una revolucionaria tecnología médica que permitía el diagnóstico de enfermedades como el cáncer y la diabetes, utilizando apenas unas pocas gotas de sangre del paciente y sin la necesidad de recurrir a agujas y procedimientos invasivos.

Fue considerada una visionaria y hasta comparada con el fundador de Apple. Apareció en las portadas de Fortune, Forbes, Inc y The New York Times 'Style Magazine. Cuando su compañías, Theranos, fue valorada en 9 mil millones de dólares en 2014, Holmes fue colocada en el número 100 en la lista Forbes de las personas más ricas de los EEUU Y nombrada como la multimillonaria más joven con apenas 30 años.

Pero después de algunos años y miles de millones, la promesa se marchitó y las máquinas milagrosas nunca funcionaron.

Familia acomodada, ambición desde pequeña

Proveniente de una familia acomoda de Washington, Holmes ingresó a la Universidad de Stanford a estudiar ingeniería química en 2002. En su primer año, ya mostraba ambición por crear una tecnología que cambiara el rumbo de la medicina.

En un primer intento, se le ocurrió la idea de un parche que pudiera escanear al usuario en busca de infecciones y liberar antibióticos según fuera necesario.

Phyllis Gardner, experta en farmacología clínica en Stanford, recuerda haber discutido la idea del parche cutáneo de Holmes y haberle dicho que "no funcionaría".

"Ella simplemente me miró fijamente pero era como si no me viera", le dice Gardner a la BBC.

Con 19 años abandonó la Escuela de Ingeniería y utilizó el dinero que sus padres habían ahorrado para pagarle la carrera universitaria como financiamiento inicial para fundar su propia compañía a la que llamó Theranos.

La prueba Edison prometía detectar rápidamente enfermedades como el cáncer y la diabetes sin necesidad de usar agujas, prometiendo resultados más rápidos y económicos que los de los laboratorios tradicionales y realizados con apenas gotas de sangre.

Toda una revolución en el diagnóstico de enfermedades, especialmente en un país como Estados Unidos, donde el servicio médico es extremadamente caro.

En ese entonces, Elizabeth contaba que su decisión de crear Theranos fue movida por un miedo atroz, y algo infantil, a las jeringuillas. Eso, y el dolor que le causó la muerte de un tío suyo, fallecido a causa de un cáncer que no supieron detectarle a tiempo.

Su relato cautivó a propios y extraños. Y fueron muchos los que decidieron confiarle el dinero a Theranos. Entre ellos, inversores tan conocidos como el magnate de la comunicación Rupert Murdoch, el expresidente Bill Clinton o Carlos Slim, el titán mexicano de las telecomunicaciones. Para cuando salió a Bolsa, Theranos ya formaba parte del selecto club de los unicornios (nombre con el que se designa a las empresas cuyo valor supera el listón de los mil millones de euros antes de su salto al parqué). Y sin que a nadie se le ocurriera solicitar la más mínima prueba que respaldase aquel milagro.

Elizabeth Holmes participando de un conversatorio en el Fortune Global Forum en noviembre de 2015
Elizabeth Holmes participando de un conversatorio en el Fortune Global Forum en noviembre de 2015 / AFP

Todo se derrumbó

El 'milagro' de Holmes empezó a presentar grietas en 2015 cuando un informante expresó su preocupación sobre el dispositivo de prueba insignia de Theranos, el Edison.

The Wall Street Journal escribió un artículo en el que afirmaba que Theranos se había visto obligado a utilizar métodos convencionales de análisis de sangre en su investigación porque su propia tecnología Edison estaba proporcionando resultados erráticos e inconsistentes. Un experto médico le avisó que sospechaba de la tecnología.

Otras revelaciones salieron a la luz, incluido el almacenamiento de muestras a temperaturas incorrectas y la puesta en peligro de los pacientes debido a lecturas falsas de las pruebas defectuosas.

En marzo de 2018, la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. acusó a Holmes y Ramesh Balwani, ex presidente de Theranos y director de operaciones, de fraude por tomar más de 700 millones de dólares de inversores mientras anunciaban un producto falso.

Finalmente su castillo de naipes se vino abajo cuando en junio de 2018, la Fiscalía Federal del Distrito Norte de California acusó a Holmes y a Balwani, de nueve cargos de fraude electrónico y dos cargos de conspiración para cometer fraude electrónico que podrían valerle hasta 20 años de prisión de ser considerada culpable.

De acuerdo con los fiscales, Holmes estaba consciente y mentía a los inversionistas, a los doctores y a los pacientes para continuar recaudando dinero.

Se espera que además de Kissinger y Mattis, que llegaron a integrar el consejo de Theranos, pacientes que fueron mal diagnosticados con HIV o cáncer por los análisis defectuosos testifiquen ante el jurado.

Tras varias dilataciones y reprogramaciones, el juicio se puso en marcha el 8 de septiembre en la corte de San Francisco.

Temas relacionados

Si te lo perdiste
Lo último
stats