Informe de Desarrollo Humano: el crecimiento económico solo, no basta

La presidenta del Parlatino y de la Asamblea Nacional de Ecuador, Gabriela Rivadeneira, en la presentación del Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2016, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la sede del Parlatino, en la ciudad de Panamá.
La presidenta del Parlatino y de la Asamblea Nacional de Ecuador, Gabriela Rivadeneira, en la presentación del Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2016, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la sede del Parlatino, en la ciudad de Panamá. / EFE

Latinoamérica se enfrenta a uno de los retos más grandes de los últimos tiempos: evitar que la ralentización económica y la falta de protección social empujen a 30 millones de personas a vivir de nuevo con menos de 4 dólares al día, alertó hoy en un informe el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El informe, titulado Progreso multidimensional: bienestar más allá del ingreso, destaca que “el crecimiento económico solo no basta. Nada que disminuya los derechos de las personas y comunidades o que amenace la sostenibilidad del ambiente puede considerarse progreso”.

Observamos con preocupación que los logros de la década (pasada) se encuentran amenazados. Estimamos que entre 25 y 30 millones de personas se encuentran en peligro de recaer en la pobreza", dijo la directora del PNUD para América Latina y el Caribe, Jessica Faieta.

El documento que fue presentado hoy por el PNUD en la sede permanente del Parlamento Latinoamericano en Panamá, insta a los Gobiernos de la región a adoptar políticas públicas de mayor calado, que busquen algo más que incrementar los ingresos, para evitar echar por tierra lo alcanzado durante los años del "boom" económico.

Entre 2003 y 2013, salieron de la pobreza 72 millones de latinoamericanos y entraron en las clases medias cerca de 94 millones.

Unas cifras que, de acuerdo con el PNUD, pueden desaparecer por el panorama económico actual, la saturación e informalidad del mercado laboral y el techo fiscal con el que se han topado la mayor parte de los países de la región, que les impide recaudar más impuestos y por tanto invertir en políticas sociales.

Según las previsiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Producto Interno Bruto (PIB) regional cerrará por segundo año consecutivo con números rojos y registrará una recesión del 0,6 %, golpeado por las crisis de Brasil y Venezuela.

"Mientras que salir de la pobreza se relaciona sobre todo con el empleo y la educación, los factores que impiden que las personas recaigan en ella coinciden con el acceso a la protección social, con el acceso a bienes físicos y financieros y con la mejora de la calidad laboral", explicó Faieta.

Las nuevas políticas públicas, en opinión del PNUD, tienen que aumentar la resilencia de los ciudadanos y su capacidad para enfrentar cualquier situación adversa como una recesión económica, un desastre natural o un problema de salud.

Estas medidas deben centrarse no solo en el PIB per capita, sino en mejorar otros aspectos importantes como la seguridad, la calidad del empleo, la igualdad o la conservación del medioambiente, entre otros.

Igualdad de género

"La primera década del siglo XXI ha sido fabulosa para América Latina pero ahora volvemos a lo que dicen los economistas que es la nueva normalidad, a una normalidad de ingresos, a unos choques fiscales externos y a una necesidad de poner en marcha políticas públicas adecuadas", afirmó en el evento el secretario de Estado de Cooperación y para Iberoamérica de España, Jesús Manuel Gracia.

Para el español, las políticas públicas que más "impactan" sobre el desarrollo de los países son las que tienen que ver con la igualdad de género.

El informe de la ONU, señala que uno de los grandes problemas estructurales de la región es la feminización de la pobreza y los niveles de participación del género en el mundo laboral, que siguen siendo bajos a pesar de que en los años del "boom" las mujeres trabajadoras pasaron del 50 al 66 %.

También lo son el estancamiento del proceso de urbanización y la precariedad laboral, que aqueja principalmente al sector servicios, donde el 80 % de los trabajadores se encuentran en situación de vulnerabilidad.

El crecimiento económico no es garantía para reducir la pobreza y la desigualdad. Desde los parlamentos, tenemos la obligación de repensar los modelos económicos para ir cerrando brechas y para que la principal inversión de los países vaya a favor de la sociedad", afirmó la presidenta del Parlatino y de la Asamblea Nacional de Ecuador, Gabriela Rivadeneira.

Con información de la agencia EFE.

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