Cómo afrontar una pérdida en la tercera edad

La muerte es una palabra muy común y a su vez aterradora, mucha gente le teme, en especial las personas de la tercera edad que a lo largo de su vida han perdido seres queridos y se preparan para recibirla en algún momento con el pasar del tiempo.

Pero, sin ir tan lejos, qué tan doloroso puede ser la pérdida de un ser muy cercano en las personas mayores. ¿Te has puesto a pensar qué consecuencias trae?

Afrontar la viudez en la tercera edad.

Luego de convivir tantos años con una persona, se vuelve parte de ti, de tus costumbres y tus días. Es la compañía con la que te levantas y con la que te acuestas. Es ese ser con el que platicas todo el día cuando los nietos o hijos no van de visita.

Quedar viudo a cierta edad puede ser más doloroso, ya que la soledad se siente más presente, y ese dolor por más que los hijos estén apoyando a la madre o al padre, es muy difícil de aliviar ya que la persona en muchos casos se encuentra aferrada a su pareja.

¿Cómo actuar después de una perdida?

-Lo primero es mentalmente darte tiempo para la resignación.

-Trata de buscar actividades que puedan distraer tu mente, visita a tus nietos más seguido, sal con los hijos, o haz ejercicios.

-Lo mejor es recordar los buenos momentos no los malos o los tristes.

-Procura de vez en cuando leer una oración o una reflexión, ayudará a tu ánimo.

-Desahógate, es muy importante esa etapa, permítete llorar, eso aliviará tu dolor.

-No dejes de vivir: lamentablemente las pérdidas son irreparables, pero debes tratar de seguir adelante, no permitas que el dolor te consuma, esto podría ocasionarte una enfermedad.

¿Cómo pueden ayudar los hijos y los nietos?

La familia juega un papel fundamental en los momentos más duros, a la hora de ayudar a una persona mayor hay que hacerlo con mucha calma y paciencia, ya que los ancianos a partir de cierta edad desarrollan un carácter difícil, debido a los cambios que experimentan, según explican psicólogos.

Es importante que hijos y nietos se pongan en el lugar de la persona afectada, para tratar de entender lo que están padeciendo. Crear actividades familiares para tratar de distraer los pensamientos y alejarlos del dolor.

No llevarles la contraria, las personas mayores en algunas oportunidades suelen sentir que los tratar como niños y esto puede ser un poco irritante.