Atrapadas en el círculo de la informalidad: La realidad de las afroemprendedoras, según estudio
Se trata del primer estudio de Emprendimiento Afro en Latinoamérica con impacto en Panamá, realizado por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe.
Ciudad de Panamá, Panamá/Una mujer afrodescendiente en Panamá es mucho más que una emprendedora. Es, con frecuencia, la columna vertebral del ingreso familiar, aun cuando su negocio facture apenas un salario mínimo. Así lo revela un estudio pionero sobre afroemprendedurismo en América Latina, que entrevistó a 2,855 emprendedores negros en Brasil, Argentina, Colombia, Perú y Panamá.
El estudio exploró el perfil de empresas lideradas por personas negras en América Latina y sus principales desafíos, como la operación del negocio, el acceso al crédito y la discriminación. En ese sentido, los resultados pintan un retrato claro: la informalidad, el racismo estructural y el limitado acceso al crédito forman un círculo vicioso que obstaculiza el crecimiento de estos negocios, en especial los liderados por mujeres.
En Panamá, de aproximadamente 4 millones de personas, 1.2 millones (32%) se consideran afrodescendientes. “Casi la mitad de los panameños trabaja informalmente (47.4%), y las mujeres afrodescendientes se concentran en sectores como los servicios, mientras que los hombres se dedican más a la agricultura”, señala el informe.
A pesar de ello, el 59% de los emprendedores afrodescendientes panameños considera que los ingresos del negocio son la única o principal fuente de ingresos del hogar. Y en el caso de las mujeres, esa dependencia es aún mayor.
El estudio, además, revela que los negocios liderados por mujeres tienden a ser más importantes como fuente de ingresos familiar. “El 48% de estas iniciativas femeninas factura hasta un salario mínimo, mientras que entre los hombres esa cifra baja al 36%”.
“Muchas mujeres prefieren garantizar el salario de sus colaboradores antes que el propio, lo que demuestra una lógica de negocio orientada no solo al ingreso, sino al cuidado colectivo”, detalla la investigación.
El 40% de los emprendimientos panameños factura menos de medio salario mínimo local, una realidad que no impide que sus dueñas sigan adelante. De hecho, casi el 60% de estos negocios fueron fundados durante la pandemia de la Covid-19, impulsados por la necesidad urgente de generar ingresos.
¿Laberinto financiero?
Uno de los mayores obstáculos que enfrentan estos negocios es el acceso a crédito. En Panamá, el 67% de los emprendedores afrodescendientes formalizó su negocio para acceder a servicios financieros o beneficios del gobierno, pero eso no ha garantizado resultados. “Un cuarto del 78% afirma que ya se le ha negado un préstamo porque tenía otras deudas”.
A esto se suma la discriminación racial en procesos burocráticos, una barrera que no solo es económica, sino simbólica.
El racismo sigue siendo constante en la sociedad panameña, afectando tanto a afrodescendientes como a pueblos indígenas, especialmente en el acceso al trabajo, la representación política y las oportunidades económicas”, advierte el informe.
Identidad, autoestima y contradicción
Paradójicamente, los afroemprendedores panameños muestran una fuerte autoestima empresarial. Son los más seguros entre los cinco países en su capacidad para producir y vender productos de alta calidad, y también los más dispuestos a asumir riesgos.
Además, el 41% está “totalmente de acuerdo” en que su identidad cultural o racial dialoga con sus productos y servicios. Sin embargo, esto no se traduce en una visión política de sus emprendimientos.
En Panamá, el 33% considera que su negocio es antirracista por identificarse como negro o indígena, y el 40% no lo considera así en absoluto. Este dato es llamativo, especialmente porque en otros países del estudio, como Colombia o Brasil, los emprendedores ven sus negocios como una extensión de su lucha contra el racismo.
¿Cómo romper el ciclo?
El informe sugiere que la solución pasa por entender el ecosistema afroemprendedor como un actor clave en la economía y en la justicia social. Para ello, se necesita inversión dirigida, políticas públicas inclusivas y redes de apoyo sostenidas.
Sin esos elementos, el ciclo de informalidad, discriminación y precariedad financiera seguirá reproduciéndose, afectando sobre todo a quienes más aportan con menos: las mujeres afroemprendedoras panameñas.
Habla la Ampyme
Pero, ¿Qué dice la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme) de esta evaluación?
En una respuesta institucional al desafío del afroemprendedurismo. La Ampyme dijo a TVN-2.com que desde julio de 2024, la entidad a cargo de Raúl Fernández ha asumido un rol clave en la promoción del emprendimiento afrodescendiente, con acciones concretas enfocadas en provincias como Colón, Darién, Bocas del Toro y Panamá, donde la población afro es significativa y activa en el ámbito económico.
“Cabe resaltar que este gobierno ha reafirmado su compromiso con el desarrollo inclusivo del emprendimiento. Acciones como la creación del Espacio del Emprendedor, las mentorías, las capacitaciones, el apoyo financiero y la integración institucional, son pasos concretos hacia una economía más participativa, reconociendo el talento y la contribución histórica de la población afrodescendiente en Panamá”, se lee en la respuesta de Ampyme.
Colón fue priorizada como punto de partida con la creación del Espacio del Emprendedor, inaugurado el 10 de diciembre de 2024, una plataforma que ofrece:
- Asesoría y capacitación gratuita
- Espacios de coworking y networking
- Marketplace para ventas
- Acceso al Sistema Integrado de Trámites (SIT), agilizando gestiones con entidades como la Dirección General de Ingresos, Caja del Seguro Social y Ministerio de Salud
Este espacio se ha atendido, según la Ampyme, a más de 3,000 consultas, formalizando a 2,100 emprendedores y beneficiando a 9,800 personas en total.
En un país donde el 59% de los afroemprendedores depende de su negocio como ingreso principal, estas medidas buscan romper el círculo de informalidad y exclusión financiera que el estudio regional identifica como una de las principales barreras para este grupo poblacional.
En Colón, Darién, Bocas del Toro y Ciudad de Panamá, se han desembolsado, de acuerdo con Ampyme más de $7 millones en préstamos a emprendedores afrodescendientes, a través de programas como Fondo de Financiamiento de Microcrédito para las Mypes (Fidemicro) y el programa el Chen Chen Vuelve a la Calle.
Además, se celebran espacios de visibilidad cultural como el Bazar Afroantillano (30 de mayo), fortaleciendo tanto la identidad como la economía local afrodescendiente.
Jean Decort, emprendedor y artista colonense, imagen de los Espacios del Emprendedor, simboliza esta apuesta estatal por reconocer y potenciar el talento afro panameño, se indicó desde la entidad.