Contenido Exclusivo: Bullying, alerta en las escuelas

Especialistas explican que no se trata de una broma aislada, sino de un patrón que genera un desequilibrio de poder entre agresor y víctima, y cuyas consecuencias pueden marcar la vida de un niño o adolescente para siempre.

Foto ilustrativa de un niño víctima de bullying / Pexels, licencia gratuita

Ciudad de Panamá, Panamá/El bullying o acoso escolar se sigue agravando en las escuelas oficiales y particulares del país; algunas organizaciones han solicitado a las autoridades ser más enfáticas en su prevención y atención, mientras que en colegios siguen apareciendo víctimas, incluso nuevas formas de acoso.

También conocido como acoso escolar, es un problema global del cual Panamá no escapa y se define como una conducta repetitiva de violencia que se puede manifestar de manera física, verbal, psicológica o incluso virtual, con la que se busca intimidar, humillar o excluir a una persona y sus consecuencias para las víctimas pueden ser devastadoras, llegando a estados depresivos y al suicidio.

Especialistas explican que no se trata de una broma aislada, sino de un patrón que genera un desequilibrio de poder entre agresor y víctima, y cuyas consecuencias pueden marcar la vida de un niño o adolescente para siempre.

En los pasillos de muchas escuelas del país, el eco de las risas y conversaciones entre estudiantes se mezcla con el silencio, el de quienes prefieren callar por miedo. Y es precisamente esa actitud la que hace que los casos de bullying sigan incrementándose en todo el territorio nacional.

En algunos csos de bullying también suele haber observadores que no hacen nada al respecto. / TVN Noticias

Víctor Alejandro Smoluy, director ejecutivo de la Organización Global de Prevención ante el Bullying, considera que dejó de ser acoso escolar y lo llama “terrorismo escolar” y recalca que para los años 90, cuando se instituyó la definición, sí encajaba dentro de lo que se entiende como acoso, pero en la actualidad se cometen agresiones en los centros educativos.

Por su parte, Xochitl McKay, psicóloga, dice que el tema se ha agravado porque ahora es más público, a través de las redes sociales, y cada semana hay un “pacientito” o adolescente que es víctima de bullying, incluso menores que se autolesionan.

El tema es visto con ojos de preocupación. En la Asociación Nacional de Padres de Familia de Colegios Particulares definen lo que pasa como “un horror” y representa un problema que cada vez crece un poco más, según Javier Lombardo, coordinador nacional de la mencionada asociación.

En los últimos años, se han registrado casos graves, dejando como evidencia que lo que algunos consideran “juegos” entre estudiantes puede derivar en un sufrimiento profundo y procesos graves de lesión a la autoestima de las víctimas.

No hay que escudriñar tanto para confirmar que, en las escuelas de Panamá, el bullying es mucho más frecuente de lo que profesores y padres de familia creen.

Las consecuencias del bullying marcan la vida de muchos niños y adolescentes / TVN Noticias

Los casos

Algunos estudiantes con los que pudimos conversar y protegimos sus identidades confirman que las situaciones de acoso son algo cotidiano.

A un joven a quien llamaremos Leonardo para proteger su identidad, suelen decirle negro o burlarse de su cuerpo por ser muy delgado. Así mismo, contó que en un día de vestimenta civil a otra compañera la llamaron “gorda rellena”.

Si hacen bullying, generalmente son los estudiantes de niveles más altos quienes se meten con los más chicos y los obligan a hacer cosas por ellos; si no lo haces, empieza el hostigamiento y te empiezan a decir gordo, flaco o feo…”, relata otro estudiante a TVN Noticias.

De acuerdo con las diferentes organizaciones que han dado el seguimiento de cerca al tema, en Panamá hace falta mucho por hacer. Se requieren estrategias de prevención en todos los ámbitos, incluyendo la familia, y de atención a las víctimas.

Foto ilustrativa: Una estudiante ejerciendo el acoso en una compañera / TVN Noticias

Smoly agrega que, en Panamá, específicamente, lo más preocupante es la ausencia de reglamentaciones y leyes [contra el acoso escolar], pero además la falta de empatía de los docentes, padres de familia y de la sociedad en general.

Mientras que Lombardo sostiene que las autoridades llamadas, en este caso, el Ministerio de Educación (Meduca), podrían hacer más.

Justamente, en el Meduca explican que, ante un escenario de bullying, se atiende la situación a través de guías socioemocionales para el manejo de conflictos, emociones y acoso escolar y, además, trabajan en la actualización de un protocolo con miras a tratar el tema en los planteles.

Según la directora nacional de Servicios Psicoeducativos, Verushka Ordás, esa institución desarrolla la actualización de un protocolo para la Detección, Atención, Referencia y Seguimiento (Darse) de casos de niños, niñas y adolescentes en circunstancias difíciles.

Ese protocolo incluirá ocho situaciones en las cuales hay que fortalecer al docente y al personal directivo para identificar las señales de alerta, pero al mismo tiempo poder referenciar a otras instancias, tanto internas de Meduca como a otras instancias externas.

La realidad del bullying en las escuelas es un problema silencioso que deja huellas / TVN Noticias

La actualización del protocolo abordaría el maltrato, abuso sexual infantil, explotación sexual comercial, pandillerismo, armas, drogas en las escuelas, autolesiones, riesgo suicida, así como también acoso y violencia escolar.

Algunas conductas que pueden identificar en una víctima de acoso en la escuela son:

El bullying no es un episodio pasajero. No acaba cuando la víctima deja la escuela. Las cicatrices pueden acompañarla por toda la vida. Las secuelas se filtran en la personalidad y pueden moldear miedos, inseguridades y silencios que, con el tiempo, pueden volverse trastornos de la conducta, barreras para relacionarse, la confianza en uno mismo, impactando las potencialidades aspiracionales de los individuos.

Con el auge de la vida en las redes sociales, el bullying también se ha trasladado a ese entorno y han surgido nuevas modalidades. “El Guille”, así se denomina a la nueva forma de acosar y burlarse de otros en las plataformas digitales.

Otro estudiante, al que protegeremos su identidad, explica que se trata del hecho de tomar una foto en un momento de descuido de otro compañero, subirla en redes y empezar con las burlas. Hacen capturas y comparten comentarios y “stickers” en las conversaciones de WhatsApp.

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La especialista en psicología McKay dice que a través de las redes sociales y computadoras se ejerce daño total sobre la imagen y reputación o existencia de la víctima, a tal punto que puede llevar al límite, generando las ideas suicidas en los niños.

Smoly deja claro que, por bullying, se registran casos todas las semanas de niños que se intentan quitar la vida. “Es un tema que no tiene que ver con la clase social, puede ocurrir en una escuela oficial en Samaria o en una de las más exclusivas en Costa del Este”.

El bullying no golpea solo a la víctima, también impacta a su familia. Cuando un hijo sufre acoso escolar, en algunos casos los padres enfrentan una mezcla de impotencia, enojo y tristeza, sobre todo porque a veces se da la participación o la indiferencia de los mismos docentes.

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Desafortunadamente, el Ministerio de Educación no lleva un registro oficial con lo que se pueda dimensionar el problema, pero la organización global de prevención ante el suicidio maneja cifras preocupantes, porque a nivel de Centroamérica, Panamá es el país que tiene mayor incidencia de acoso escolar, basado en encuestas realizadas entre los años 2023 y 2024.

Según Ordaz, el Meduca no puede hablar de cifras, pero el tema se ha dado durante años y se atiende en los gabinetes psicopedagógicos como una constante cada año.

Mientras que Smoly comparte, solo el 12% de los niños en Panamá que participaron en las encuestas que realizó la organización que preside manifestaron que son felices en sus hogares y, de esos, solo ocho expresaron que son felices en las escuelas.

Tenemos hogares rotos y escuelas vacías”, Víctor Smoly, director ejecutivo de la Organización Global de Prevención ante el Bullying.

Lombardo asegura que en los colegios “de élite” es donde más se presenta el bullying, pero lo que sucede es que en algunos lugares se comunica más que en otros. “No quiero decir que en muchos casos se tapa la situación, pero en la práctica es lo que sucede”.

Foto ilustrativa: Un niño acosa a su compañero / TVN Noticias

El estudiante que acosa: puede ser una persona o un grupo; es quien agrede a otros de forma recurrente y por un tiempo considerable. Este agresor, incluso, a menudo puede terminar trasladando el uso de la violencia a conductas más peligrosas como el pandillerismo.

Estudiantes observadores o testigos: Son los que presencian los casos de acoso y apoyan a él o la estudiante que acosa abiertamente o no hacen nada al respecto.

En Panamá, el bullying sigue creciendo mientras las acciones para prevenirlo avanzan con lentitud. La falta de protocolos efectivos, la escasa capacitación docente y la tendencia a minimizar las denuncias dejan a cientos de estudiantes expuestos.

Las consecuencias no se borran con el tiempo; al contrario, marcan vidas.

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