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El modelo de enseñanza en Panamá y su represión al pensamiento crítico

Educación en Panamá

Panamá ha salido muy mal en varias pruebas estandarizadas de evaluación educativa. ¿Qué está pasando con el modelo de enseñanza en los centros educativos?

Niños en un aula de clases
Niños en un aula de clases / AFP

Ciudad de Panamá/El modelo educativo panameño se caracteriza por una estructura formal que abarca los niveles de educación preescolar, primaria, secundaria y universitaria o especialización técnica.

El sistema está organizado y regulado por el Ministerio de Educación de Panamá (Meduca), cuyo presupuesto es de $4.2 millones para la vigencia fiscal de 2024, debido al incremento del presupuesto de 1.5% del PIB para 2024 al sector educación (sube de 5.5 a 7.0% del PIB), lo que implica un aumento de más de $1,2 millones, sin embargo, esto no se traduce en mejoras visibles en el sector.

Recientemente, la Defensoría del Pueblo constató que 91% de las escuelas del Meduca tienen infraestructuras inadecuadas, ausencia de servicios básicos, entre otros problemas.

Algo que ha venido denunciado la comunidad educativa de distintas áreas por años.

Francisco Trejos, oficial de Educación de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), reconoce que el sistema se ha quedado en el siglo XX, a pesar de la gran cantidad de avances que se han dado, sin embargo, no es un tema que solo apremia a Panamá, sino a casi toda la región latinoamericana.

“La crisis educativa no es exclusiva de Panamá, es en toda la región. Se afloró luego de la pandemia, en donde se perdieron tantas clases”, afirmó Trejos.

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Debilidades

Comparado con otros países de la región, el sistema educativo de Panamá enfrenta una serie de debilidades en materia de desigualdad en el acceso a la educación, calidad educativa, infraestructura, formación y capacitación docente, abandono escolar, financiamiento y la adaptación curricular.

En esta entrega, nos centraremos en el modelo, es decir, la estructura de enseñanza y la importancia de la capacitación docente para cumplir con la calidad educativa que los estudiantes del sector público merecen.

Los estándares de calidad del sector pública se han quedado bajos, y pareciera ser que hasta ahora no ha existido una preocupación real de mejorar la situación.

También existen marcadas disparidades entre las zonas urbanas y rurales. Las áreas rurales e indígenas tienen menor acceso a recursos educativos, infraestructura adecuada y docentes capacitados.

Hay que promover un diálogo enfocado en las acciones (…) Cambios concretos en la calidad educativa, eso implica hacer cambios concretos”, subrayó el especialista en política educativa de Unicef.

Desde Unicef, la educación se debe mejorar en el largo plazo a través de la transformación de la educación universitaria de los docentes y a corto plazo la formación continua, porque existen docentes en el sistema que requieren de apoyo y capacitación.

“No podemos esperar que los docentes a que la universidad gradué con los estándares adecuados a los docentes del mañana. Hay cambios básicos como, por ejemplo, pasar de capacitaciones de 40 horas a capacitaciones con acompañamiento en el aula todo el año”, indicó Trejos.

El modelo de ‘obediencia’

Los resultados en pruebas estandarizadas internacionales (como PISA) muestran que el desempeño de los estudiantes panameños en áreas clave como matemáticas, ciencias y lectura es inferior al de muchos otros países de la región.

Actualmente, el modelo de enseñanza de los jóvenes es a través de la explicación didáctica de un tema, posteriormente contempla un tipo de reforzamiento a través de vocabularios, charlas, diálogos o cualquier otra actividad y luego la evaluación a través de un ejercicio.

De esa forma, los estudiantes suelen ir aprendiendo por memoria para pasar la evaluación del tema y, cuando finaliza el año, es muy poco lo que le ha quedado debido a la forma de enseñanza.

Para Johel Batista, docente de la Facultad de Ingeniería y Sistemas Computaciones de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) y fundador de la Fundación Ayudinga, el tema se traduce a una tendencia a utilizar un modelo en el que solo se dicta, anota y se evalúa, algo así como un modelo de obediencia, que, desde su punto de vista, no fomenta el desarrollo y la capacidad crítica de los estudiantes.

“El cuestionamiento hacia el estudiante y el cuestionamiento hacia el docente, es parte de ese nuevo modelo que se tiene que dar. El modelo que tenemos solo perpetua la obediencia debida, con el pensamiento ciego y no perpetua el pensamiento crítico”, analizó el docente.

A juicio de Batista, ese tipo de “obediencia” incide en la formación neuropedagógica del estudiante y de cómo el cerebro se va moldeando. En su síntesis, el modelo educativo panameño está muy enfocado en las formas y no en el fondo, y al tener esa falta de enfoque en el fondo, no hay una “libertad para el estudiante” para que pueda sentir que puede pensar de una “forma diferente”, siempre y cuando haya una lógica analítica detrás del planteamiento.

Ese modelo lo lleva más a memorizar que a pensar, eso [pensamiento crítico] es lo que no se propulsa en el modelo educativo que es lo que pasa en las escuelas y no es solo en los colegios públicos, sino también en los privados”, aseguró Batista.

¿Qué dicen los educadores?

Por su parte, Armando Espinosa, docente y dirigente de la Asociación de Maestros Independientes Auténticos (Amia), dijo que en el sistema hay docentes muy competentes a la hora de ejercer sus clases, sin embargo, reconoce que hay que modernizar el currículo y hacer “cambios profundos” para ofrecer las mejores herramientas de aprendizaje a los estudiantes y que puedan tener las competencias al momento de desarrollar cualquier tipo de prueba.

Los gremios magisteriales estamos listos y preparados para hacer un trabajo conjunto con el gobierno del señor Mulino, porque sí queremos participar de los cambios para el sistema educativo panameño”, subrayó.

Añade el problema de Muchas escuelas, especialmente en zonas rurales, que carecen de infraestructura adecuada, incluyendo edificios en buen estado, laboratorios, bibliotecas con libros y acceso a tecnologías de la información y comunicación (TIC), indispensable herramientas en el proceso de aprendizaje.

Diversos especialistas y sectores, sugieren que el currículo educativo a menudo no se adapta a las necesidades locales y las demandas del mercado laboral, lo que resulta en una desconexión entre la educación recibida y las habilidades requeridas en el entorno profesional.

Desde hace muchos años, el modelo educativo panameño presenta desafíos en términos de calidad, equidad, y adecuación a las demandas del siglo XXI. Las reformas y mejoras en estos aspectos son cruciales para elevar el nivel educativo y las oportunidades de la población panameña, la comunidad educativa y los sectores sociales esperan que estos cambios se puedan implementar lo más pronto posible para ir cambiando los resultados y las mejorar la capacidad de los estudiantes, quienes algún día estarán a cargo del futuro del país.

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