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Ciudad de Panamá, Panamá/El proceso para cambiar la Constitución ya está en marcha. Talleres, cabildos abiertos y disertaciones en algunas instituciones son los primeros pasos que ha dado la Secretaría Presidencial para la Reorganización del Estado y Asuntos Constitucionales (Sepresac). La tarea parece complicada, pero no imposible, según Miguel Antonio Bernal, coordinador de Sepresac.
Bernal reconoce que los panameños han leído poco la Constitución y que desconocen o tienen ideas tergiversadas sobre lo que podría ser una constituyente originaria. Sin embargo, confía en que se pueda generar conciencia sobre la importancia y la necesidad de reformar la Carta Magna, “impuesta” en 1972, y que ya ha sufrido cuatro reformas.
El proceso de una asamblea constituyente originaria enfrenta además la falta de interés de los ministros de Estado, directores de instituciones y otras autoridades, quienes no han mostrado disposición a hablar del tema. En esta primera etapa del proceso, denominada “alfabetización constitucional”, Bernal ha enviado invitaciones a más de 90 instituciones del país. No obstante, confesó a este medio que pocas han respondido al llamado.
El objetivo principal de la Sepresac es alfabetizar a la población, a las autoridades del gobierno (sector público) y al sector empresarial para que comprendan el alcance y la relevancia del proceso constituyente.
Además de Bernal, otro de los principales impulsores de esta reforma por la vía originaria es el presidente de la República, José Raúl Mulino.
Uno de los cuestionamientos más comunes hacia este proceso es que cambiar la Constitución mediante una constituyente originaria, y no a través de una asamblea constituyente paralela como lo establecen los artículos 313 y 314 de la actual normativa, sería un “golpe de Estado” disfrazado.
Sin embargo, el coordinador de Sepresac asegura que esta afirmación es “falsa”.
“No hace falta que la constituyente originaria, que es la que crea la Constitución, esté contemplada en una Constitución para que se dé. La teoría, la doctrina y la historia de los procesos constituyentes respaldan que es un error, por no decir una ignorancia inexcusable, sostener una posición de esa naturaleza. Se cae en un error metodológico y de principios al pretender que lo que crea esté sometido a lo creado”.
Bernal explicó que el proceso que están llevando adelante se basa en el artículo 2 de la actual Constitución, que recoge el principio universal de que “el poder público solo emana del pueblo (…)”.
El poder constituyente emana del pueblo; no le pertenece a ningún órgano del Estado ni tampoco a una Constitución, sin importar quién la haya creado”, acotó Bernal. Además, afirmó que existe jurisprudencia al respecto.
El artículo 2 de la Constitución establece literalmente: “El poder público solo emana del pueblo. Lo ejerce el Estado conforme esta Constitución lo establece, por medio de los Órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial, los cuales actúan limitada y separadamente, pero en armónica colaboración”.
Mientras el proceso avanza, la Sepresac revisa internamente los cuatro borradores de reformas constitucionales creados en gobiernos anteriores, pero nunca ejecutados. Entre ellos se encuentra el documento del Pacto del Bicentenario, elaborado durante la administración de Laurentino Cortizo, así como aportaciones de ciudadanos enviadas al correo sugerenciascdcpa@gmail.com.
Ayer miércoles, durante una consulta con funcionarios del Servicio Nacional de Migración —la primera institución que abrió sus puertas a esta iniciativa—, surgieron dudas sobre quiénes, cómo y cuándo se elegirían a los constituyentes, y cómo se haría la transición entre la actual Asamblea Nacional y la asamblea constituyente.
Bernal explicó que la Sepresac, creada mediante el Decreto Ejecutivo N° 488 del 28 de agosto de 2024, ha comenzado a formar comisiones para estructurar el proceso. Según sus explicaciones, el modelo se basaría en el proceso reformatorio de 1945.
Por ejemplo, se estudia la posibilidad de contar con 51 constituyentes elegidos por listas nacionales y provinciales, asegurando además la paridad de género en las postulaciones. Asimismo, se evalúa que un “Consejo Ciudadano Constituyente” establezca los requisitos para el proceso de selección. Se proyecta que los constituyentes tendrían un plazo de dos meses para elaborar el nuevo texto constitucional.
Para evitar conflictos entre la actual Asamblea y la asamblea constituyente, que de acuerdo con Bernal no deben existir, pues las dos tienen funciones diferentes, se propondría que las sesiones de esta última se celebren en mayo y junio de 2027, mientras el Legislativo está en receso.
Según el cronograma de Sepresac, la etapa de alfabetización durará unos 18 meses. Para 2027 se realizaría la elección de los constituyentes, con la expectativa de que la nueva normativa que regirá al país esté lista para 2029.
Sin embargo, antes de avanzar, la prioridad es alfabetizar a la ciudadanía para que esta pueda elegir con conocimiento y entender qué debe aprobarse o no. La apuesta de Sepresac es que los ciudadanos se conviertan en agentes multiplicadores del proceso de una asamblea constituyente originaria.
“Lean la Constitución, hablen de ella”, les pidió Bernal a los funcionarios de Migración.
Varios gobiernos han prometido reformar la Constitución, pero ninguno lo ha cumplido. Es el caso de los gobiernos de Ricardo Martinelli (2009-2014), Juan Carlos Varela (2014-2019) y Laurentino Cortizo (2019-2024).