Altos impuestos impulsan cervecerías artesanales en Ecuador

Crece la cerveza artesanal en Ecuador
Crece la cerveza artesanal en Ecuador / AFP
Afp
31 de diciembre 2015 - 08:37

En los bajos de un edificio de viviendas al norte de Quito está la fábrica de "Monkey's Brew", una de las decenas de marcas de cerveza artesanal que proliferan en Ecuador estimuladas en parte por los altos impuestos y las salvaguardias al alcohol importado.

Ajenos a las grandes cerveceras industriales y a las macrofusiones que monopolizan el sector a nivel mundial, David Jerbis, un excamarógrafo de televisión, y su padre son los únicos socios y trabajadores de este pequeño y sombrío local que produce unos 1.200 litros de cerveza rubia, negra y roja al mes.

En poco más de 200 m2, tienen todo lo necesario para "cocinar manualmente": pequeñas ollas de maceración, hervidores, tanques, enfriadores, almacén para maltas y lúpulos, surtidores, cierrabotellas...

"Muchos consumidores han migrado a la cerveza artesanal porque el licor importado se ha vuelto carísimo con los impuestos, pero también porque se está desarrollando una tendencia con calidad que antes no existía", explica Jerbis a la AFP.

Golpeado por la abrupta caída de las exportaciones petroleras y la devaluación de las monedas de países vecinos, el gobierno ecuatoriano impuso en marzo pasado salvaguardias arancelarias para limitar las importaciones, evitar la salida de divisas y proteger así la balanza de pagos, algo que en el caso del alcohol importado -ya gravado con otros impuestos- supuso un alza repentina de hasta un 45%.

La medida, que cuenta con el aval de la Organización Mundial del Comercio (OMC) siempre que sea de carácter temporal, hizo que una botella de ron, whisky o tequila de calidad pasara a tener un precio casi prohibitivo, pero a la vez supuso un estímulo para que muchos consumidores buscaran alternativas más económicas, entre ellas la cerveza artesanal nacional, que ronda los 3 dólares en comercios, la mitad que la importada.

"Hoy cocinamos nuestra negra, la 'chocolate stout'. ¿Para qué la gente va a gastarse tanto dinero en lo importado si aquí puede conseguir buena calidad?", explica Jerbis, mientras vierte un saco de malta en una olla con agua hirviendo y lo remueve todo con una gran cuchara de madera.

También las cervecerías artesanales son víctimas de las salvaguardias, que gravan en un 45% la materia prima importada como la malta, el lúpulo o la cebada, con lo que han tenido que ajustar mucho los costos de elaboración.

En el sector esperan que la situación mejore a partir de enero, cuando el gobierno tiene previsto hasta junio desmantelar gradualmente estos aranceles.

"Culturización" cervecera

Como en Estados Unidos, en Europa y otros países de la región, en Ecuador la cerveza artesanal se ha convertido en una tendencia, aunque su nivel de consumo no suponga ni de lejos una amenaza para el gigante ecuatoriano, la Cervecería Nacional (de SAB Miller), productora de Pilsener y Club, las dos marcas omnipresentes en el mercado.

"Es un negocio que sí funciona, la gente necesita cerveza artesanal y el mercado va creciendo. Ya somos casi 30 cerveceros. En Estados Unidos, algunas artesanales son tan grandes y tan exitosas que han sido compradas por grandes grupos. Pero en Ecuador eso no ha ocurrido todavía", agrega Jerbis, también vocal de la Asociación Ecuatoriana de Cerveceros Artesanales.

Cada vez más productores domésticos dan el salto y se constituyen en pequeña empresa e incluso abren sus propios bares para distribuirla, mientras que otros establecimientos se alían con marcas artesanales para venderlas en exclusiva. Hay uno en la capital, "La Reserva", que vende todas las artesanales que hay en el mercado.

Tras estudiar tecnología cervecera en Chicago y Munich, el quiteño Nelson Calle decidió abrir "Abysmo", un pequeño local en el norte de Quito en el que vende sus variedades, entre las que destaca "Afrodita", una "honey ale hecha con malta y miel, con un final un poco dulce y un grado alcohólico alto".

"Queremos demostrarle al consumidor que le estamos dando un producto distinto, un producto gourmet, con más cuerpo, más alcohol, más aroma. Ahí es donde podemos pelear la competencia", explica a la AFP.

"Históricamente, hemos tenido que tomar siempre un solo estilo de cerveza. El ecuatoriano promedio no es muy conocedor de los tipos, pero con este auge de la artesanal se está produciendo un proceso de culturización", concluye.

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