Baha'i, un imán turístico en medio del bullicio capitalino
Entre humeantes y destartalados autobuses, comercios deambulantes y colinas atiborradas de barracas, emerge como una estalagmita en la cumbre de un frondoso cerro el turístico y único templo que existe hoy en día en Latinoamérica de la fe Bahá'í, una religión creada en Irán en el siglo XIX.
"La gente que viene a visitarnos no puede creer que exista este lugar en un entorno tan difícil y caótico como este", reconoce a Acan-Efe Abdiel González, el director de este centro de adoración que se encuentra en San Isidro, uno de los barrios más deprimidos y en conflictos de la ciudad de Panamá.
El templo, que se inauguró en 1972 en plena dictadura militar de Omar Torrijos (1929-1981), se ha convertido en uno de los destinos capitalinos más recomendados en las principales plataformas turísticas online.
Cada mes lo visitan de media cerca de 2.000 turistas, la mayoría europeos, estadounidenses y canadienses, atraídos por sus espectaculares visitas, posiblemente las mejores de la ciudad, y el remanso de paz que se respira en sus jardines
Este año las visitas han subido un 13 % con respecto al año anterior, algo que González achaca a la promoción del templo en las redes sociales y, principalmente, a la llegada del metro a esta humilde barriada ubicada en una de la vías de entrada y salida más concurridas de la capital, la Transístmica.
"Antes de que se construyese el metro, nadie sabía como llegar aquí, se perdían y nunca conseguían encontrarnos. Ahora nos hemos hecho mucho más visibles, porque en una de las salidas del metro pone directamente Templo Bahá'í", cuenta González.
Cuando uno corona la loma, se topa con un camino empedrado, lleno de flores y mariposas, que desemboca en un imponente edificio blanco con forma de media luna, obra del arquitecto inglés Peter Tillotson. Una construcción diáfana, sin puertas ni ventanas, adornada exclusivamente con varias hileras de bancos de madera.
Hacia el sur se divisa el espectacular skyline panameño, gracias al cual esta ciudad de menos de 2 millones de habitantes está considerada el Dubái de Latinoamérica.
El paisaje del norte, sin embargo, es bastante distinto y refleja la acuciante desigualdad que sufre el país que lleva una década liderando el crecimiento económico en la región. La vista se pierde entre las miles y miles de chabolas que inundan la selva panameña y el ruido terrenal se difumina como un susurro envolvente.
"El propósito de la casa de adoración (nombre que reciben los templos en la fe Bahá'í) es que la gente tenga un espacio espiritual para orar y meditar, independiente de la religión que procesen. De hecho, el 90 % de nuestros visitantes no son creyentes", apunta el director del templo.
El bahaísmo, con cerca de 7 millones de fieles, está considerada la segunda religión independiente más extendida del mundo. Nació en 1844 en la antigua Persia de la mano de un comerciante conocido como Báb, aunque su principal profeta fue el religioso Baha'ullah, término que en árabe se traduce como "Gloria de Dios".
La frase que resume la doctrina principal de esta religión, perseguida hoy en día en Irán y Yemen pero aceptada en el resto de países, es que "la tierra es un solo país y la humanidad son sus habitantes", explica González.
"Nuestra fe se basa en la igualdad de sexos, de religiones y de razas. Fue un pensamiento revolucionario y moderno para la época en la que nació", añade convencido este panameño que adoptó el bahaísmo cuando era una adolescente gracias a un libro que le mandó su tío, también bahá'í, que por entonces vivía en Australia.
Esta doctrina centenaria también pregona que "la pobreza y la riqueza deben ser limitadas, que nadie puede ser tan rico ni tan pobre" y que "todas las religiones creen en el mismo dios aunque se le ha llamado de distintas maneras", indica.
El templo de Panamá, que se financia a través de donaciones secretas, es uno de los siete que existen en el mundo y fue el quinto en construirse después del centro de Illinois (EE.UU), Kampala (Uganda), Sydney (Australia) y Fráncfort (Alemania).
También hay casas de adoración en la isla de Samoa y Nueva Dehli (India) y en noviembre se va a inaugurar la de Chile. Pero, ¿por qué Panamá?
En las escrituras del bahaísmo hay una profecía escrita en 1908, cuatro años después de que se iniciasen las obras del canal de Panamá, en la se habla de la importancia que iba a adquirir este istmo ya que en él convergen el norte, el sur, el este y el oeste del continente americano.
"Nuestra profeta dejó escrito que había prestarle que atención a esta República porque iba a adquirir mucha relevancia en el futuro", afirma entusiasmado.