Bad Bunny en el Super Bowl 2026 desata advertencia del ICE: asesor de Trump amenaza con redadas
La confirmación del boricua como artista principal del show de medio tiempo no solo ha generado expectativa en la industria musical, sino también controversia política en Estados Unidos.
Un asesor cercano al expresidente Donald Trump advirtió que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) podría ejecutar redadas durante el evento, lo que ha desatado preocupación en comunidades migrantes.
El partido más importante de la NFL se disputará el próximo 8 de febrero de 2026 en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California, y contará con la participación del reguetonero puertorriqueño Benito Antonio Martínez Ocasio, mundialmente conocido como Bad Bunny. Sin embargo, el espectáculo ya está siendo opacado por declaraciones que han encendido el debate sobre inmigración, política y cultura.
En un podcast conducido por el influencer conservador Benny Johnson, el asesor Corey Lewandowski, actual colaborador de Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, lanzó duras advertencias contra los inmigrantes indocumentados.
“No hay lugar seguro para quienes se encuentran en este país ilegalmente. Ni en el Super Bowl ni en ningún otro lugar”, afirmó Lewandowski.
El exjefe de campaña de Donald Trump en 2016 fue más allá, dejando clara la postura que anticipa posibles operativos migratorios durante el evento deportivo más visto del país: “Los encontraremos. Los arrestaremos. Los internaremos en un centro de detención y los deportaremos”.
La declaración coincidió con la reciente decisión de Bad Bunny de no incluir a Estados Unidos en su próxima gira mundial, debido al temor de redadas en sus presentaciones.
Te puede interesar: Axl Rose se convierte en héroe cyberpunk: la novela gráfica que mezcla rock y ciencia ficción
Te puede interesar: Robbie Williams confiesa que vive con una forma de síndrome de Tourette 'interno'
Las críticas no se han limitado a la política migratoria. Lewandowski y otros simpatizantes del movimiento MAGA (Make America Great Again) han cuestionado duramente la elección del puertorriqueño como artista del medio tiempo del Super Bowl.
“Si hay inmigrantes ilegales, no me importa si es un concierto de Johnny Smith, Bad Bunny o cualquier otro, vamos a aplicar la ley en todas partes, porque vamos a garantizar la seguridad de los estadounidenses”, reiteró el asesor.
Lewandowski también atacó la decisión de la NFL de elegir al artista de 31 años: “Es realmente vergonzoso que hayan elegido a alguien que parece odiar tanto a Estados Unidos”.
En redes sociales, figuras del trumpismo han tildado a Bad Bunny de “woke” por cantar principalmente en español, defender los derechos de la comunidad LGBT+ y desafiar estereotipos de género con su estilo de vestimenta y maquillaje. Incluso algunos sectores lo han calificado de “demoníaco” por su postura progresista y su influencia cultural.
Bad Bunny, que recientemente culminó una serie de conciertos en Puerto Rico con una asistencia de más de medio millón de fanáticos, continúa siendo uno de los artistas más escuchados a nivel mundial. Además, presentará este sábado el programa Saturday Night Live (SNL), uno de los espacios más influyentes de la televisión estadounidense.
El intérprete de “Tití me preguntó” también ha estado vinculado a la política en el pasado. En las elecciones de 2024, expresó públicamente su apoyo a Kamala Harris frente a Donald Trump, lo que le ganó simpatías entre votantes demócratas y rechazo entre sectores conservadores.
El Super Bowl no es solo un espectáculo deportivo; también se ha convertido en un escenario de debate político y social. La presencia de Bad Bunny en el medio tiempo promete atraer a millones de espectadores, pero también coloca en el centro de la polémica la tensión entre cultura latina y política migratoria en Estados Unidos.
Mientras comunidades inmigrantes expresan temor por las posibles redadas del ICE durante el evento, seguidores del artista celebran que un latino lidere uno de los shows más vistos del planeta. Por su parte, los sectores más conservadores lo ven como una amenaza cultural y política.
Lo cierto es que, a poco más de un año del Super Bowl 2026, la figura de Bad Bunny ya ha trascendido el ámbito musical para convertirse en un símbolo dentro de la disputa ideológica que marcará el rumbo político del país en los próximos años.