Carlos de Inglaterra y su esposa Camilla concluyen su visita oficial a Grecia
El príncipe Carlos de Inglaterra y su esposa, Camilla, finalizaron hoy en Creta su viaje oficial a Grecia con una visita al sitio arqueológico de Cnosos, ciudad minoica hogar del mito del minotauro.
El heredero de la corona británica y la duquesa de Cornualles hicieron el recorrido en compañía de la ministra de Cultura griega, Lydia Koniordu, y del director de la Escuela Británica, John Bennett, quien regaló a Carlos una réplica de una taza minoica y a Camilla un broche estilo minoico.
Durante su visita a Cnosos, los duques de Cornualles se pararon repetidamente para dar apretones de manos y sacarse fotos con ciudadanos locales que les paraban a su paso.
Por deseo del príncipe, el sitio arqueológico permaneció abierto al público, si bien la pareja subió hasta el Palacio por una ruta distinta a la de los visitantes, y rodeados de un fuerte dispositivo de seguridad.
El príncipe heredero y su esposa visitaron después el pueblo de Arcanes, muy cerca de Cnosos, donde asistieron a una fiesta popular y no dudaron en sumarse a un baile típico de la región.
En Creta el príncipe se reunió también con una organización que trabaja en la acogida e integración de refugiados en la isla y se paró unos minutos a hablar con algunos de los que han sido acogidos de forma permanente.
La visita de Carlos de Inglaterra a Grecia era la segunda que realizaba a este país, después la que efectuada en 1998.
A pesar de que su padre, el príncipe Felipe nació en la isla de Corfú, las relaciones de Grecia con la monarquía británica han sido prácticamente inexistentes en las últimas décadas.
Grecia es el único Estado de la Unión Europea (UE), y uno de los pocos del mundo, que Isabel II no ha visitado oficialmente en sus 66 años de reinado.
Sólo lo hizo una vez cuando era princesa, algo que se atribuye a la tensión que el final de la monarquía en Grecia provoca en la familia real británica.
Felipe de Edimburgo tuvo que huir de Grecia desterrado junto a su padre, Andrés de Grecia y Dinamarca, en 1922, cuando era un bebé, después de que un nuevo gobierno militar obligase al rey Constantino I de Grecia a abdicar.