"House of Cards", ficción al borde de la política real
Cuatro años después de convertirse en el primer gran éxito marca Netflix, "House of Cards" se mantiene en forma gracias a un juego entre provocación y paralelismo con la política real que aún sorprende hasta a sus protagonistas, tal y como reconoció Michael Kelly, quien interpreta a Doug Stamper en la serie.
"Espero que no haya un Frank Underwood en la política real, daría miedo", bromeó Kelly, en referencia al ambicioso personaje que encarna su colega Kevin Spacey, durante una visita a Buenos Aires para promocionar la serie.
El estreno de la cuarta temporada, el pasado 4 de marzo, con todos los capítulos disponibles a la vez en todo el mundo a través de la plataforma digital, se esperaba como uno de los grandes acontecimientos del calendario "seriéfilo" 2016.
En coincidencia con unas de las primarias estadounidenses más sorprendentes de los últimos años, el ambicioso e implacable matrimonio Underwood se juega también la Casa Blanca y, para alcanzar sus objetivos, no duda en poner en marcha la peor maquinaria posible.
Junto a ellos, el fiel e inestable Doug Stamper, jefe de personal de Underwood, se encarga de esconder los trapos sucios, de extorsionar y de cerrar bocas cuando sea necesario.
"No es un mal tipo, tampoco solo un soldado, es un tipo complicado que ha hecho algunas cosas malas. Pero no creo que sea una mala persona. Le entiendo, creo. No haría lo que él hace pero lo entiendo", explicó Kelly sobre el complejo personaje que construye en la serie.
El actor, de 47 años, originario de Filadelfia, EEUU, asegura que la temporada está "definitivamente" entre sus favoritas por cómo "engancha".
Es, además, un regreso con tramas más "locas" y con más dosis de emoción que la anterior.
"La temporada tres está inspirada en lo que pasa cuando ves a los personajes fallar y la temporada cuatro es una suerte de volverse a levantar", apuntó.
Aunque Kelly bromea con la posibilidad de que los pasillos y despachos en los que se hace la política "de verdad" escondan secretos tan oscuros como los de "House of Cards", aún se asombra cuando los guiones predicen cosas que luego pasan en la vida real.
"La serie se hace un año antes de que se vea, así que el hecho de que algunas cosas ocurran en la vida real siempre me deja alucinado y me quedo como 'oh dios mío', algo se escribe sobre Rusia y algo ocurre con Rusia", contó Kelly.
"Este año, las primarias era algo que inevitablemente iba a ocurrir que coincidiera con nuestras primarias políticas reales, Pero lo del KKK (Ku Klux Klan)...", dijo en referencia a uno de los temas que golpean la campaña del protagonista, de forma algo parecido a lo que le ocurrió al candidato republicano Donald Trump, apoyado públicamente por el exlíder del grupo de extrema derecha.
"Eso era una cosa que de ninguna manera era obligatorio en nuestra serie este año y luego ocurrió en nuestra política", completó.
En su estancia en Buenos Aires, el jefe de personal de Frank Underwood no dudó en reforzar la relación bilateral con Argentina con una visita a la Casa Rosada, sede de la Presidencia del país suramericano.
"Señor Presidente, soy Doug Stamper. Gracias por recibirme en la Casa Rosada. Vine a asegurarme de que todo esté en orden. Si puedo serle de ayuda, por favor, hágamelo saber", transmitió Kelly en un mensaje en vídeo, compartido por el jefe de Estado argentino, Mauricio Macri, en sus cuentas oficiales de Twitter y Facebook.
Avalada por el crédito como productor de, entre otros, David Fincher (realizador de "Fight Club" y "The Social Network" y director de algunos capítulos), "House of Cards" puso a Netflix a la altura de los canales de cable estadounidenses en cuanto a calidad de producción de ficción televisiva y revolucionó los patrones de consumo.
"Lo mejor es el alcance. Netflix está ahora en todo el mundo así que creo que es genial que se vea en China, en Argentina, en Chile en todas partes. No todas las series que hacemos en los Estados Unidos pueden ser vistas en todo el mundo", concluyó el actor.