'90 minutos' para reflejar la pasión humana

La serie narra la historia de un club de fútbol local, Las Navajas, que está decidido a ganar el torneo de liga y usar el premio en efectivo para salvar el campo donde crecieron de la amenaza de convertirse en un casino.

Parte del elenco / Cortesía Universal Studios
Roy Espinosa - Redactor
17 2025 - 16:40

Si bien pasión es, con permiso de la RAE, sinónimo de fútbol, ¿cómo se desglosa el término para entender al deporte y hasta qué punto se diferencia uno del otro? Para este ejercicio gramatical y emocional, durante una entrevista exclusiva para este medio, pedimos ayuda al actor mexicano Álvaro Guerrero (Amores perros - 2000), que forma parte del elenco de la nueva serie de Universal+: '90 minutos', en el papel de don Gil, la cual estrenó esta semana en dicha plataforma.

La serie narra la historia de un club de fútbol local, Las Navajas, que está decidido a ganar el torneo de liga y usar el premio en efectivo para salvar el campo donde crecieron de la amenaza de convertirse en un casino. Sin embargo, cada vez que el equipo se recupera, la desgracia parece alcanzarlos y derribarlos, hasta que una exestrella del fútbol llega para entrenarlos y convierte al equipo de inadaptados en una unidad formidable con posibilidades de ganar.

Comenzando, como se debe, por el inicio, le preguntamos cuánta similitud había en la historia de la serie con la suya propia, a lo que Guerrero no dudó en responder que “desde que leí el guion, conecté de inmediato con la historia y con el personaje, porque mis orígenes son bastante parecidos. La vida me llevó por otros derroteros al dedicarme a la actuación, pero mi corazón de barrio nunca ha desaparecido. Ha estado presente y latente. Pocas veces había tenido la posibilidad de mostrarme como el hombre que soy, como un perteneciente de barrio, y esta serie me lo permitió”.

Si bien Guerrero confesó que su “amor juvenil por el fútbol” ha disminuido con los años, la pasión por este deporte sigue siendo parte de él. Y es que las emociones van más allá de un partido, sino que une a los fanáticos y sobre todo a las comunidades, como bien lo recuerda el actor y denomina como “un espíritu colectivo”.

A veces la vida nos lleva por situaciones que nos vuelven muy individualistas, y creemos —también por muchas cuestiones ideológicas que nos inculcan— que somos seres individuales y que podemos salvarnos en todos los sentidos por cuenta propia. Lo que me recordó esta serie es que, colectivamente, se pueden lograr muchas cosas. Mucho de tu realidad personal depende de cómo te relacionas con los demás. No te puedes volver una isla, no puedes ser egoísta. Necesitas cariño, amor, respaldo, tener raíces, un sentido de pertenencia. Afrontar las cosas en grupo es mucho más fácil que hacerlo solo. Y también están los cariños que tuviste, los recuerdos que resurgen: los olores, la manera de sentir cuando caminabas por las calles, los personajes del barrio que, de alguna manera, te recuerdan a otros que has conocido”.

Detrás de escenas de la serie / Cortesía Universal Studios

¿Qué papel juega el fútbol en esa mezcla de barrio y comunidad? Hay varios aspectos. Para mí, es una metáfora de la vida. Es importante porque funciona como una forma de aglutinar, de estar con los demás, de mostrar cómo los imponderables del fútbol —de un partido— te enseñan a resolver los problemas de la vida: cómo driblarlos, cómo apoyarte en el otro, cómo dar un pase… que es como dar un gol en la vida”.

En el caso específico de su personaje, Guerrero reflexiona sobre cómo el deporte o la posición de don Gil en el campo de juega se mimetiza con su personalidad, sus valores y fortalezas. “Mi personaje es portero, y es muy significativo que lo sea, ya que él es quien está parando los problemas, quien evita que les metan un gol en contra, que los derroten. Es una forma simbólica de decir: “Estoy cuidando, estoy protegiendo la portería del barrio. Que no pase nada malo. Que no nos metan un gol”. El portero es el único jugador que está viendo todo el partido. A veces lo observa fríamente porque no está tan involucrado en la dinámica de recuperar el balón o de dar pases. Está observando toda la amplitud del campo”.

Al final, preguntamos cómo pasión y fútbol pueden ser tan parecidos a pesar de venir de ramas tan distintas del idioma, y claro, la respuesta vino de la propia naturaleza emocional del hombre: “Todo esto es una expresión de cariño y de profundidad amorosa, reflejada en los demás como reflejo del cariño que uno mismo puede dar. Hay cosas comunales que te engrandecen como persona. Defender un lugar como lo es un barrio —no como algo individual, sino como algo colectivo— es una respuesta grupal ante el embate de la modernidad, del dinero, de los capitales. Hay cosas más importantes que eso. En México, el cariño al barrio… eso es lo que me dejó esta serie como enseñanza. Me lo recordó hoy".

Temas relacionados

Si te lo perdiste
Lo último