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Garantizar la seguridad de los niños en un vehículo es una prioridad para cualquier padre o cuidador. Cada año, miles de menores sufren lesiones en accidentes de tránsito que podrían evitarse con medidas preventivas adecuadas. Desde la correcta instalación de los sistemas de retención infantil hasta el uso de bloqueos automáticos en puertas y ventanas, hay varias estrategias que reducen significativamente el riesgo de lesiones en la carretera.
A continuación, se presentan las principales recomendaciones para hacer que un auto sea seguro para los niños y minimizar cualquier peligro durante el trayecto.
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La Fundación Mapfre recomienda que los niños menores de 12 años viajen siempre en el asiento trasero, preferiblemente en el centro. Esta ubicación es la más segura dentro del vehículo, ya que está alejada de las zonas de impacto en caso de colisión.
Además, si se combina con un sistema de retención infantil adecuado, el asiento central reduce significativamente el riesgo de lesiones graves. Sin embargo, no basta con ubicar al menor en esta posición; es imprescindible asegurarse de que el asiento esté correctamente instalado y cumpla con las normativas de seguridad vigentes.
Los sistemas de retención infantil incluyen sillas de seguridad, asientos elevadores y cinturones diseñados específicamente para niños. Para que sean realmente efectivos, deben seleccionarse según la edad, peso y altura del menor.
Uno de los errores más frecuentes es la instalación incorrecta de estos sistemas, lo que puede reducir su eficacia en caso de accidente. Los fabricantes proporcionan manuales detallados, y en muchos países existen servicios gratuitos de inspección para garantizar una instalación adecuada. Tomarse el tiempo necesario para revisar estos dispositivos puede marcar la diferencia entre la seguridad y un accidente grave.
Un descuido puede provocar que un niño abra una puerta en movimiento, poniendo en riesgo su vida y la de los demás pasajeros. Para evitarlo, es fundamental activar el bloqueo automático de puertas, una función presente en la mayoría de los vehículos modernos.
Este sistema se activa cuando el auto alcanza cierta velocidad, evitando que las puertas puedan abrirse desde el interior. En modelos más antiguos, los conductores pueden activar manualmente los bloqueos de seguridad en las puertas traseras.
En cuanto a las ventanas eléctricas, es importante asegurarse de que estén bloqueadas para evitar que los niños introduzcan sus manos o brazos, lo que podría causar lesiones. La mayoría de los vehículos cuentan con un botón de seguridad que impide que los menores manipulen los elevalunas traseros.
Además de ser esencial para la conducción, el retrovisor central permite a los adultos vigilar a los niños sin necesidad de voltear la cabeza y distraerse del camino. Con un simple vistazo, se puede verificar que los menores estén tranquilos y sentados correctamente durante el trayecto.
Para mayor comodidad, existen retrovisores adicionales diseñados específicamente para supervisar a los pasajeros en el asiento trasero. Estos accesorios resultan especialmente útiles en viajes largos o cuando se transportan niños pequeños que requieren monitoreo constante.
Si bien la tecnología y las medidas de seguridad juegan un papel crucial, educar a los niños sobre el comportamiento adecuado dentro del vehículo es igual de importante. Explicarles la importancia de permanecer sentados, usar siempre el cinturón de seguridad y evitar distracciones innecesarias puede prevenir situaciones peligrosas.
Asimismo, los adultos deben asegurarse de que los menores cumplan estas reglas y reforzarlas constantemente. Un ambiente de respeto y responsabilidad dentro del auto puede hacer la diferencia en la seguridad de todos los pasajeros.