Savater presenta su panfleto 'un poco malhumorado' contra el separatismo
El filósofo español Fernando Savater presentó hoy en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara la obra "Contra los separatismos", un panfleto "un poco malhumorado" contra un tema que "amenaza a las democracias de nuestro tiempo".
"Hay un momento en el que uno tiene que tomar partido", sentenció el pensador, quien dijo que sintió empujado a escribir por "los disparates que se están oyendo constantemente" en el marco de la crisis catalana y el silencio de sus colegas intelectuales, "salvo honrosas excepciones".
En 2015, Savater anunció que dejaría de escribir después de que muriera Sara Torres, con quien compartió vida durante décadas y quien era su lectora favorita.
A pesar de "haber decidido no volver a meterme en estos líos, otra vez incurrí en este último pecado de vejez", comentó el filósofo sobre su obra, la cual calificó como "necesaria" en el contexto catalán ante un conflicto que es "peligroso no solo para España, sino para Europa".
"Me pareció tan siniestro todo el asunto, de una manera tan burda, con una cantidad de mentiras tan asombrosa (...) que había que intentar decir las cosas con una cierta claridad, y reconozco que con una cierta virulencia", admitió el autor de "Ética para Amador".
Apuntó que lo escrito en el panfleto no espera "escucharlo de otros", ni de partidarios ni contrarios al separatismo: "Unos por desidia y otros por insidia, pero ninguno iba a decir estas cosas".
El vasco remarcó la diferencia que para él hay entre nacionalismo y separatismo. El primero "es una de esas enfermedades comunes que tenemos los seres humanos" -bromeó- y "no tiene nada de malo". El separatismo, por el lado contrario, se basa en utilizar esos mecanismos del nacionalismo "para que uno se sienta importante por ser de un sitio y no por sus métodos propios".
Frente al conflicto expuesto en "Contra el separatismo", Savater confió en la educación, "el instrumento revolucionario por excelencia" y que consideró que aporta parte de la solución en cada problema.
Se hizo la pregunta retórica de por qué Francia no ha tenido brotes nacionalistas de la dimensión de España, para luego responderse que es por la "buena educación pública, laica y republicana que tienen desde el siglo XVIII".
La educación, no obstante, "no produce efectos inmediatos", y no hay políticos que "piensen a quince años vista", por ejemplo, por lo que son los ciudadanos los que tienen que abogar más fervientemente por esta causa, defendió el filósofo.
Dijo ser consciente de que la educación no puede "resolverlo todo". En Cataluña, valoró, "habría que intervenir el tema de la educación", como en otras partes de España, pero también los medios de comunicación, que "actúan de una forma más inmediata y más directa".