Hablar solo es de genios y potencia la función cerebral, según la ciencia

Ciencia

Los beneficios del habla autodirigida no se limitan a la memoria o la atención. También tienen un impacto significativo en la capacidad de establecer y alcanzar objetivos personales.

Hablar en voz alta consigo mismo puede considerarse una estrategia de alto rendimiento mental y emocional. / IA - META

Durante mucho tiempo, el acto de hablar en voz alta sin compañía ha sido malinterpretado como un signo de distracción o desequilibrio emocional.

Sin embargo, diversos estudios científicos contemporáneos han demostrado que este comportamiento, lejos de ser un rasgo excéntrico, podría indicar una mente más organizada, funcional y orientada a objetivos. La evidencia sugiere que verbalizar los propios pensamientos no solo mejora la memoria y la atención, sino que también fortalece la capacidad para regular las emociones y resolver problemas de manera más eficiente.

Uno de los estudios más influyentes fue desarrollado por el psicólogo e investigador Gary Lupyan, quien diseñó un experimento en el que 20 voluntarios debían localizar objetos en un supermercado simulado. A la mitad del grupo se le pidió que nombrara los artículos en voz alta mientras los buscaba, como por ejemplo “plátano”, mientras que la otra mitad debía hacerlo en silencio. Los resultados fueron contundentes: los participantes que hablaban en voz alta identificaban los objetos entre 50 y 100 milisegundos más rápido.

Lupyan, motivado por una experiencia personal, “Muy seguido voy murmurando mientras busco algo en la nevera o en los estantes de los supermercados”, confesó. Concluyó junto al psicólogo Daniel Swigley que la autoverbalización activa mecanismos sensoriales y cognitivos clave. “Cuando se menciona en voz alta un objeto conocido, el cerebro reacciona de inmediato generando su representación visual, lo que acelera el proceso de búsqueda y atención”, señalaron.

Hablar consigo mismo activa múltiples áreas del cerebro simultáneamente, lo cual contribuye a un procesamiento más profundo de la información. Según explica la psicóloga Linda Sapadin, este tipo de diálogo interno “ayuda a aclarar los pensamientos, resalta lo que realmente importa y reafirma las decisiones que se están considerando”.

Esta práctica también actúa como una herramienta de autorregulación emocional. En situaciones de estrés, enojo o ansiedad, muchas personas tienden a apartarse para reflexionar en voz alta. Este mecanismo permite canalizar emociones intensas de forma racional, evaluar alternativas y reducir impulsos negativos sin necesidad de intervención externa. El simple acto de escuchar la propia voz ayuda a poner los conflictos en perspectiva.

Te puede interesar: El episodio de Los Simpsons que Japón vetó por una herida histórica que aún duele

Te puede interesar: 'El juego del calamar 3' llega a Netflix: traiciones, lágrimas y el impactante cierre de una era

Los beneficios del habla autodirigida no se limitan a la memoria o la atención. También tienen un impacto significativo en la capacidad de establecer y alcanzar objetivos personales. Según diversos estudios, verbalizar metas diarias o afirmaciones positivas ayuda al cerebro a percibir esos objetivos como instrucciones claras y alcanzables.

Establecer rutinas en las que se expresen verbalmente los compromisos del día —frente al espejo, por ejemplo, tiene un efecto motivador. Frases como “Hoy asumiré ese desafío” o “Voy a terminar ese proyecto con éxito” refuerzan la conexión entre intención y acción. El lenguaje oral interno se convierte así en una forma de alinear el pensamiento con el comportamiento deseado.

El estigma social asociado a hablar en voz alta en solitario persiste, aunque la evidencia neurocientífica lo contradice de manera categórica. De acuerdo con el estudio publicado en el Quarterly Journal of Experimental Psychology, quienes practican el habla autodirigida no solo piensan más rápido, sino que organizan mejor la información, disminuyen sus niveles de ansiedad y se enfocan con mayor precisión.

Por lo tanto, lejos de ser un signo de desequilibrio, hablar en voz alta consigo mismo puede considerarse una estrategia de alto rendimiento mental y emocional. Esta práctica representa una herramienta accesible, natural y efectiva para potenciar la función cerebral, fortalecer la autoconciencia y mejorar la calidad de las decisiones cotidianas.

Temas relacionados

Si te lo perdiste
Lo último