Slash revela los tres álbumes que forjaron su estilo, del vinilo al Olimpo del rock

Todo cambió con tres álbumes que llegaron a sus oídos como una revelación

Guitarrista de Guns & Roses. / Archivo EFE

Antes de convertirse en una leyenda del rock y llenar estadios como guitarrista de Guns N’ Roses, el artista fue simplemente un adolescente con una bicicleta BMX y un corazón que aún no había sido atrapado por la música.

Nacido en un entorno artístico, su padre diseñaba portadas de discos para Neil Young y Joni Mitchell, mientras su madre vestía a íconos como David Bowie, Saul Hudson (su nombre real) no encontró inmediatamente su vocación en la música. Fue la adolescencia la que activó su brújula sonora. Y tres discos en particular lo guiaron al epicentro del rock and roll.

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El impacto de “Led Zeppelin II”: la base del lenguaje Slash

El primer gran temblor llegó con Led Zeppelin II, un disco que se escuchaba con frecuencia en casa gracias a la colección de sus padres. Aunque Slash era solo un niño cuando lo descubrió, recuerda que la experiencia fue transformadora. “Este álbum fue esencial porque me brindó una base sólida sobre la cual construir mi estilo como guitarrista”, confesó más tarde.

Lo que atrajo al futuro músico no fue solo la potencia de la guitarra de Jimmy Page, sino la sensación de que en cada riff había algo visceral, algo físico. Era el primer ladrillo en la construcción de su sonido: agresivo, melódico y emotivo al mismo tiempo.

“Rocks” de Aerosmith: cuando la guitarra se volvió obsesión

A los 14 años, la música dejó de ser un ruido de fondo. Fue Rocks de Aerosmith el que le sacudió el alma. Slash recordó el momento con la claridad de quien presencia un rito iniciático: “Lo escuché en la casa de una chica con la que compartí una tarde de música…, un momento que marcó mi vida”.

Fue el disco que le enseñó que la actitud es tan importante como la técnica. A partir de ese día, el joven Slash quedó atrapado por la energía de Joe Perry y comenzó a practicar la guitarra con una obsesión casi religiosa. “La potencia de ese disco me atrapó por completo”, confesó. Rocks no solo afinó su oído: encendió su fuego interno.

“Who’s Next” de The Who: el arte de componer como un gigante

El tercer disco que moldeó su universo fue Who’s Next de The Who. Más allá de la estridencia, encontró sofisticación. Fue ahí donde aprendió el valor de la composición y la importancia de la guitarra rítmica como estructura. “Este disco fue una lección de cómo un álbum puede tener un impacto duradero”, dijo.

Slash elogió la capacidad de la banda británica para mezclar estilos, explorar estructuras y construir una identidad propia. Si Led Zeppelin II le enseñó a hablar y Rocks a gritar, Who’s Next le mostró cómo construir un discurso.

Cada uno de estos discos actuó como un detonador en su vida. De fanático, Slash pasó a arquitecto del sonido que marcaría los 80 y 90. “A través de Rocks, entendí lo que significaba tener una verdadera actitud rockera”, afirmó, dejando claro que estos álbumes no solo formaron su técnica, sino su personalidad musical.

Incluso antes de formar Guns N’ Roses, ya tenía claro el tipo de música que quería crear. Aquellos vinilos no fueron solo influencias: fueron planos de construcción.

Hoy, décadas después, el eco de estos discos sigue vivo en cada solo que interpreta. Slash no solo encontró inspiración en ellos; encontró una misión. Convertirse en uno de los guitarristas más reconocibles del planeta no fue un accidente, sino una consecuencia directa de haber tenido como maestros a Page, Perry y Townshend.

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