Nostradamus y la profecía inquietante sobre el sucesor del papa Francisco

El astrólogo francés del siglo XVI, célebre por su libro Las Profecías, dejó entre sus enigmáticas cuartetas advertencias que algunos expertos creen relacionadas con la elección del próximo Papa.

Nostradamus, quien falleció en 1566, es considerado uno de los videntes más influyentes de la historia. En Las Profecías reunió 942 cuartetas que, según interpretaciones posteriores, predicen eventos como el ascenso de Napoleón, la llegada de Hitler o el avance de la tecnología. Aunque sus textos son generalmente vagos y abiertos a múltiples lecturas, varios analistas sostienen que sus predicciones han acertado en hechos fundamentales a lo largo de los siglos.

Hoy, una de sus cuartetas vuelve a cobrar relevancia tras el fallecimiento del Papa Francisco. Según las interpretaciones, Nostradamus habría anticipado un suceso catastrófico para la Iglesia tras la muerte del actual Sumo Pontífice.

“Por la muerte de un pontífice muy anciano, será elegido un romano de buena edad, de él se dirá que debilita su sede, pero mucho tiempo estará sentado y en actividad mordaz”, escribió el vidente. Esta cuarteta ha sido vista como una predicción sobre la transición en el liderazgo católico: se habla de un Papa de edad avanzada que, aunque duradero en su mandato, enfrentará acusaciones de debilitar la institución.

No obstante, Nostradamus también sugiere que el verdadero protagonista no será este pontífice de “buena edad”, sino otro personaje que cambiará radicalmente el rumbo de la Iglesia: “No será el romano pontífice elegido, ni cerca ni lejos se le prestará atención. Un joven de piel oscura con la ayuda del gran rey entregará la bolsa a otro de color rojo”.

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De acuerdo con esta interpretación, el verdadero cambio llegaría de la mano de un joven de piel oscura, no originario de Italia, que ascendería al poder en circunstancias excepcionales. Para algunos intérpretes de las profecías, este “gran rey” podría representar a un líder secular o a un poder político que facilitaría el acceso del joven pontífice al trono de San Pedro.

La posibilidad de que el próximo Papa sea el último, como sugieren algunas corrientes basadas en estas cuartetas, añade un matiz fatalista al escenario. Según esta visión, la elección del nuevo Sumo Pontífice marcaría el inicio de una profunda crisis dentro de la Iglesia católica, una fractura que podría alterar radicalmente su futuro.

Mientras tanto, la Santa Sede ya se prepara para un eventual Cónclave, lo que mantiene en vilo a millones de fieles. Aunque no hay evidencia concreta que confirme las predicciones de Nostradamus, su leyenda sigue viva, alimentando teorías, temores y debates cada vez que el mundo se enfrenta a cambios trascendentales.

Solo el tiempo dirá si esta inquietante visión del futuro se convierte en realidad o si, como tantas veces, permanecerá como uno más de los muchos enigmas que rodean la figura de Nostradamus.